Nuevo Skoda Kodiaq: así es el buque insignia checo

En definitiva, el SUV, disponible en versiones de cinco y siete plazas, ahora es más refinado en sus líneas y tiene un aspecto más robusto. Por dentro, hace gala de materiales sostenibles –el cuero es producto de un «proceso mucho más amigable con el medio ambiente», según Florian Weymar, director de Calidad de Skoda–, pero, sobre todo, de un espacio enorme, gracias a un techo más largo que baja en un suave ángulo para camuflar su tamaño.

Aún así, la mayor novedad del Kodiaq es que cuenta con todas las opciones de combustión disponibles, desde mecánicas diésel y gasolina puras, hasta motores híbridos, tanto ligeros como enchufables.

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El punto de partida está marcado por un gasolina 1.5 con hibridación ligera de 150 caballos, lo que le dotará de la etiqueta Eco de la DGT. Y si se opta por prescindir de asistencia eléctrica, se puede elegir un TSI 2.0 de 204 caballos.

En cuanto al gasóleo, ambos montan el mismo bloque TDI de 2.0 litros, pero uno entrega 150 CV, mientras el otro desarrolla 193. Las versiones más potentes de los motores térmicos vienen, además, con tracción a las cuatro ruedas.

Finalmente, también está disponible una versión híbrida enchufable de 204 caballos y tracción delantera. Es, además, el único propulsor que no cuenta con la caja de siete velocidades DSG del Grupo Volkswagen. Según Martin Jahn, el director de Ventas y Marketing de la marca, el SUV es capaz de recorrer hasta 100 km en modo cero emisiones.

En el interior, la principal novedad es la pantalla táctil de 12,9 pulgadas en la que el grupo ha heredado tecnología de Audi y es capaz de vibrar a la hora de tocarla, creando un 'feedback' háptico en el que los botones virtuales se sienten como físicos.

Sin embargo, no se han abandonado todos los controles táctiles y las tres ruedas que sirven principalmente para regular la climatización cuentan con sendas pantallas que cambian en función de qué parámetros se estén tocando y permiten acceder a muchas más opciones de lo que se podía en la generación anterior del SUV.

En la presentación en Berlín, el equipo directivo se mostró muy satisfecho de la actualización de su buque insignia, cuyo precio aún se desconoce pero se estima que esté en torno a unos 2.000 euros más caro que la versión actual, que parte de los 40.500 euros.

Los ingenieros, especialmente, tuvieron a gala el «entorno de tolerancia cero» bajo el cual se probó el vehículo. «Tomamos los mejores elementos del Kodiaq anterior y los mejoramos con nuevas motorizaciones, más tecnología y más asistencia a la conducción», afirmó Klaus Zellmer, el consejero delegado de Skoda.

El Kodiaq se fabricará en la planta checa de Kvasiny, de igual manera que su antecesor. Los pedidos se abrirán a finales de este año, y las entregas no se producirán hasta mayo, estiman desde la marca.