Ranger Rover Sport TDV6 y SDV6, lujo imparable
Pocos todocamino de gama alta (aquí habría que hablar casi de todoterreno) aúnan el confort y la capacidad sobre el asfalto y fuera de él que atesora el nuevo Range Sport. Lo hemos comparado en diésel con sus dos motores más asequibles y, la verdad, cuesta pensar en pagar los más de 4.000 euros que supone el SDV6 sobre el TDV6. Vemos por qué.
e. cano
De magnifico cabe tachar el nuevo Range Rover Sport , que comparamos en estas líneas con sus motores de gasóleo más accesibles TDV6 (con 258 CV/600 Nm, por 79.000 euros en el bien equipado nivel HSE) y SDV6 (292 CV/600 Nm, desde ... 83.100 euros equiparando terminación, es básicamente el mismo motor del anterior, un V6 turbo de tres litros). Es, sin lugar a dudas, uno de los mejores y más suntuosos todocaminos de gama alta del actual panorama, un modelo de grandes dimensiones (4,85 metros de longitud, 1,93 de anchura y 1,78 metros de altura, con una batalla o distancia entre ejes de 2,92 metros) que tiene frente a sí de todo, y de lo mejor: Audi Q7 , BMW X5 , Mercedes-Benz ML , el híbrido Lexus RX , Porsche Cayenne , Volkswagen Touareg que comparábamos también en diésel hace poco...
Sin embargo el británico, del que se pueden apreciar más detalles accediendo a esta galería de imágenes , aúna como pocos suntuosidad con capacidad dentro y fuera del asfalto. Puede no ser tan deportivo como los X5 y Cayenne, pero es algo más cómodo y, sobre todo, mucho más capaz campo a través.
Sobre esto, y para dejarlo claro, habrá quien se cuestione la idoneidad de adquirir un vehículo en el rango de los 80.000 euros para meterlo en barro y otras dificultades. Sin embargo, hay clientes que por motivos profesionales o aficiones como la caza encuentran en un vehículo así su aliado perfecto, pues después lo introducen en un lavado automático y les «viste» como pocos para ir a la ópera, por ejemplo.
Cinco o siete asientos
En su última entrega, el Range Rover Sport se acerca más que nunca al tope de marca Range Rover (30.000 euros más caro equiparando mecánica), y además ofrece hasta siete plazas (unos 2.000 euros, con dos últimos asientos individuales para niños de accionamiento automático y ocultables en el piso del maletero si no se precisan, y las plazas intermedias ajustables en longitud), cuando en aquel, de capacidad interior pareja, solo entran cinco pasajeros.
Hablando de maletero, con cinco asientos operativos dispone de 489 litros, una capacidad notable para el equipaje medio de cuatro personas. Como las butacas traseras son abatibles esa cota escala hasta 1.761 litros, pero sobre todo ofrece una superficie bastante diáfana en la que, por ejemplo, poder introducir una bicicleta sin apenas esfuerzo. Por cierto, en el nivel HSE el portón, de una pieza, abre y cierra de forma motorizada.
La riqueza de los materiales empleados, la calidad sentida de puertas hacia dentro... En esto, el Range Sport es un acierto pleno, con un ambiente general propio de las mejores berlinas Premium coronado por una amplitud, tanto en anchura como en hueco para las piernas, soberbia para cuatro adultos.
Cierto que, sin echar mano de extras el coche parece hasta «sencillo» tal cual viene de fábrica, pues si bien los asientos de piel con ajustes eléctricos en el caso de los delanteros, el navegador (con una pantalla táctil poro directa, que presenta desfases entre los comandos que tocamos y su ejecución) o los faros de xenón son estándar, entre otros, el climatizador para los asientos traseros va aparte (entre 750 y 1.400 euros según sea de uno o dos ambientes), también el infoentretenimiento integrado para pasajeros traseros (e incluso la pantalla SplitView en los asientos delanteros, que «parte» en dos el monitor central para que el conductor siga el navegado mientras el acompañante visiona una película), el aviso de obstáculos en ángulos muertos y de tráfico transversal al recular (680 euros), el cambio de alumbrado de cruce a carretera automático, las levas de volante (la transmisión es automático secuencial y suma ocho relaciones), el control de velocidad adaptativo, el acceso sin llave (ojo, 1.210 euros), la frenada automática a baja velocidad...
A la medida
Y eso sin entrar a valorar alternativas de personalización, apartado en el que la filial de lujo de Land Rover se lleva la palma dentro del segmento: pintura metalizada Premium (2.750 euros), llantas de hasta 22 pulgadas (2.750 euros, pues las de serie son de 20), audio Meridian Reference (unos 7.000 euros), instrumentación digital mediante pantalla TFT (710 euros), asientos ventilados, techo panorámico abatible, volante calefactado (220 euros)...
Y eso que permite disfrutarlo tal cual viene de serie sin más. Hablamos de un vehículo fabricado en aluminio, con todo pesado (2.115 kg en orden de marcha) y de notable envergadura que despliega agilidad y empuje, aún sin estridencias.
Por ejemplo, la velocidad máxima es idéntica en ambas versiones (209 km/h), casi como la aceleracion (7,2 segundos de 0 a 100 km/h el SDV6 y cuatro décimas más el TDV6) o el gasto: entre 7,3 y 7,5 l/100 km, según el fabricante .
Los 44 CV de más a favor del SDV6 (atención, pues el par límite es el mismo en ambos) no se terminan de notar, y solo en situaciones de mucha carga más o menos extremas los echaremos o no en falta. Es algo que, también en Range Rover , ya explicamos en la comparación de los Evoque eD4 y TD4 .
En todo caso, y sin necesidad de pagar los 94.300 euros del Range Rover Sport SDV8 de 340 CV nuestros protagonistas deben colmar las aspiraciones de aquellos interesados en ellos. Y lo harán porque, una vez hechos a su envergadura, sentiremos el lujo y buen hacer, pero también la facilidad con la que se manejan (diámetro de giro de 12,1 metros y 3 vueltas de volante entre topes) y lo bien que frenan, pese a sus inercias y una suavidad de suspensiones que beneficia su andar por campo.
Precisamente, y para este último menester, cuenta con tracción total permanente asociada a caja tránsfer de reducción incorporada al dispositivo Terrain Response, que da a escoger, a través de una rueda de la elevada y accesible consola, entre distintas superficies (arena, surcos/roderas, hierba, nieve/hielo, barro...) para adaptar la respuesta del trío motor/transmisión/tracción. Con ruedas adecuadas, y dentro de una lógica (por ejemplo la que imponen su tamaño y peso), el Range Sport resulta virtualmente imparable, hasta con las cubiertas mixtas que aporta de origen, pues cuenta hasta con suspensión neumática de altura variable, que a baja velocidad amplifica sus de por sí excelentes ángulos de trabajo en campo de forma notable.
Y, si queremos aún más, sin problema: por 380 euros incorpora de fábrica un sensor de profundidad de vadeo que anticipa «la jugada» para evitar entrar en cauces más profundos de lo previsto.
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