Ford Focus, el diésel gana la batalla
En esta ocasión contraponemos el Focus animado por el propulsor de gasolina de moda EcoBoost 1.0 de 125 CV con su equivalente de gasóleo 1.6 TDCi, de 115 CV. ¿Cuál merece más la pena? Aunque el titular ya lo avanza, sigan leyendo para despejar dudas con fundamento.
Para dejarlo claro: equiparando potencia y rendimiento, nos llevará unos 50.000 km (exactamente 46.000 km) amortizar el salto de precio de un Focus diésel 1.6 TDCi de 115 CV a otro similar animado por el tan de moda gasolina EcoBoost 1.0 ... , aquí de 125 CV .
De otra forma: a razón de 15.000/año son 36 meses de uso para que el diésel comience a salir a cuenta tomando por base los consumos medios reales (unos 6 y 7,5 l/100 km el diésel y el gasolina, respectivamente). Ojo, p0rque si nos atenemos al gasto oficial (4,5 l/100 km de promedio el TDCi y medio litro más el EcoBoost) el escenario exige casi 145.000 km para que el primero sea más económico. Y son muchos km, estimativamente no menos de 9 años de conducción , casi tanto como la vida útil del coche como primera compra. Pero lo cierto es que en circulación cotidiana, sobre todo urbana, el laureado EcoBoost no gasta tan poco como anuncia ...
Sobre matices , la respuesta del TDCi es lenta hasta que gira a 1.600 rpm, pero al EcoBoost, más ronco con sus 3 cilindros y turbo , le pasa igual. Luego, ofrecen un andar solvente, pues si bien el Focus de gasóleo libera un par límite superior (285 Nm frente a 200) también pesa 65 kg más (como si llevásemos un pasajero extra), de modo que por reprís van parejos, como por prestaciones . Pero como el diésel es más suave (menos rumoroso, menos vibraciones...) y previsiblemente depreciará con más lentitud se nos antoja globalmente más recomendable .
Muy razonable
Por lo demás, el compacto americano, del que se pueden ampliar detalles gráficos pinchando en esta galería , conforma una de las propuestas más redondas del segmento C, y además por distintos motivos.
De entrada es razonablemente amplio para 5 (aunque 4 será, como de costumbre, el número ideal de pasajeros para afrontar un largo trayecto), versátil en carrocería de 5 puertas y aceptablemente capaz (maletero de 363 a 1.148 litros, dentro de la media).
También es un vehículo de acabado visulamente moderno y atractivo (su calidad es más aparente que consistente), confortable y, en lo dinámico , de los mejores de su clase.
Sumen a lo anterior un precio atractivo y un equipamiento convincente en el completo nivel Titanium analizado (se corresponde con las fichas técnicas arriba reflejadas): 6 airbags, ESP, llantas, climatizador doble , Bluetooth con mando verbal de órdenes V2C y volante multifunción, audio con tomas auxiliares, ordenador de consumos, elevalunas y cierre con telemando...
Según opcionales, puede completarse con avances al estilo del aparcamiento pilotado (550 euros), Ford Active Vision (o aviso por cambio de carril involuntario), Frenada de emergencia en ciudad ( Active City Stop ) y detector de vehículos en ángulo muerto espejos (BLIS) por 1.150 euros, apertura/arranque sin llave Ford Active Key (suma retrovisores plegables eléctricamente y supone 300 euros más), llantas de hasta 18 pulgadas (por 500 euros), tapizado de cuero (desde 1.000 euros) o navegador (desde 424 euros).
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