Tokio 2020 arrebata el sueño olímpico a Estambul
La candidatura nipona se alza con los Juegos de 2020 con un modelo ejemplar en lo técnico pero alejado de la austeridad
Sara MEDIALDEa / Miguel Á. BARROSO
La gloria para Tokio , técnica y económicamente intachable . La derrota para Madrid , cuyo modelo a la vez realista y apasionado ha sido negado por los indescifrables patricios del deporte mundial. A la tercera no fue la vencida. Veintisiete años después ... de que el entonces presidente del Comité Olímpico Internacional , Juan Antonio Samaranch , soltara en Lausana la histórica frase de «La ville de Barcelona», el actual mandatario del COI, el belga Jacques Rogge , volvió a ser heraldo de malas noticias y no ha pronunciado en Buenos Aires lo que la capital de España llevaba más de una década queriendo escuchar: «La ville de Madrid» .
Tokio ha ganado la sede de los Juegos de 2020 a Estambul por 60 votos a 36 . En la primera ronda, Madrid y Estambul empataron a 26 votos, por 42 de Tokio; en el desempate para decidir a la primera eliminada, Madrid cayó al quedarse en 45, por 49 de Estambul.
El déjà vu no fue para los que vivieron aquel momento mágico en 1986, sino para los que experimentaron los fracasos de las candidaturas de 2012 y 2016 . Madrid ha perdido de nuevo el tren olímpico y, en el horizonte, no se vislumbra una ventana de buen tiempo: la insistencia no ha demostrado ser una virtud para los miembros del COI, que, en cambio, no tienen inconveniente en que una ciudad repita (Tokio ya organizó los Juegos de 1964; Londres lleva un triplete). Y para 2024 se presenta un rival formidable... y europeo: París.
Madrid no ha vencido a los pronósticos de las casas de apuestas , al poderío económico de Tokio y a la propia losa de la crisis. Los hacedores de la candidatura quisieron conjurar esa debilidad financiera haciendo de la necesidad virtud, «vendiendo» entre las bondades del proyecto la austeridad. Después de una presentación épica y muy trabajada, con espectaculares vídeos, la delegación turca se retiró a su sala del Hilton a comerse las uñas durante la larga hora y media que transcurrió desde el final de la votación y el anuncio de la ciudad ganadora. Convocados de nuevo a la sala común donde estaban reunidos el centenar de votantes, se les colocó en primera fila, junto a sus rivales. Todos con los ojos fijos en Jacques Rogge, que subió a la tarima y, por última vez como presidente del COI, abrió el sobre para anunciar la victoria del otro bando .
Cuando Rogge despejó la incógnita, se rompió el dique que había contenido tantos sentimientos . Una triste retirada hacia el hotel sede de la delegación de Turquía, puso fin a la jornada. Después de la resaca tocará hacer examen de conciencia y plantearse abandonar por un tiempo o perseverar, igual que para Madrid. Aunque la sensación de que se ha llegado al límite pesará mucho sobre la decisión.
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