Diecisiete horas de música en el festival Dcode
Pop británico, «garajeo» español, cancelaciones decepcionantes y muchos «peques» en un evento que agotó las entradas
Diecisiete horas de música en el festival Dcode
El verano acaba definitivamente con el final del Dcode. El festival, que colgó ayer el cartel de «sold out», se celebró entre un sofocante calor y un puñado de buenas bandas.
Tres enormes escenarios fueron el hogar de los más de veinte grupos que tocaron en la Complutense. ... El pop británico vino, como suele hacer, pisando fuerte y sorprendió desde muy temprano con Wolf Alice . Era la primera vez de los londinenses en España y, como todas las primeras veces, la banda se mostró tímida al comienzo. Pero pronto hicieron bailar a una multitud trasnochada que acabó coreando trazos del primer disco de los ingleses, ese «My love is cool» que les ha permitido colarse en más de la mitad de los festivales europeos este verano.
Solo un pequeño aperitivo para lo que vendría después. Era el turno de las bandas españolas. El pistoletazo de salida lo dieron Trajano! y The Parrots, dos grupos muy diferentes que consiguieron hacer bailar a los madrileños desde las 12 de la mañana.
«Nunca madrugar me hizo tan feliz», gritaba el cantante de The Parrots
«Nunca madrugar me hizo más feliz», gritó el cantante de The Parrots desde el escenario tras alabar el Dcode, uno de los pocos festivales que existen en la capital, y asegurar que había «venido andando desde casa». Y es que Madrid, además de no tener playa, está muy necesitada de un buen festival.
La idea este año era hacerlo más familiar , por eso los conciertos comenzaron pronto y había actividades para los niños, que subidos a los hombros de sus padres, sustituían la típica imagen de adolescentes encaramados sobre su «ligue festivalero». También había las ya consolidadas «food trucks» –con precios bastante altos–, y un espacio «vintage» que hizo las delicias de todo el «moderneo» del evento.
Sam Smith, baja por enfermedad
El Dcode pretendió, por quinto año, llenar el vacío de este tipo de eventos musicales en Madrid y la jugada le salió muy bien. Como gran pega estaba la oferta musical, un tanto limitada este año (el cartel se centraba sobre todo en bandas británicas y españolas). No es aún un Primavera Sound o un FIB , pero sigue siendo un evento del que sentirse orgulloso.
También hubo un par de decepciones a lo largo del día. La primera sobre las cinco de la tarde, tras la etérea actuación de la jovencísima Flo Morrisey en otro de los escenarios, fue el retraso de Hinds . Este cuarteto de madrileñas tiene poco más de un año de vida y un disco aún en el horno y, no obstante, ha conseguido tocar en prácticamente medio mundo. La revista británica NME las tiene, desde sus comienzos, en un altar , y no es para menos. Su música, un poco en la línea de lo que está haciendo otra gente en Estados Unidos como Mac DeMarco o Ty Segall, ha revolucionado también los escenarios españoles.
Sam Smith tuvo que cancelar su actuación por problemas de salud
Pero, aunque tarde, al menos a las madrileñas se las vio. No fue el caso de Sam Smith, el músico británico , cabeza de cartel y esperado por el grueso de los asistentes, que tuvo que cancelar su actuación por problemas de salud.
La organización lo solventó como pudo, y el resto de las bandas siguieron dando lo mejor de sí sobre los escenarios. Así se pudo ver un poquito de Murcia, de la mano de Neuman o Second , las guitarras cañeras de The Vaccines , o los platos fuertes de la noche: Foals , Suede , Izal o Cristal Fighters que triunfaron e hicieron bailar durante toda la noche a los asistentes, contentos por poder despedirse del verano «a grito pelao».
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