Chotis y rock por las fiestas de La Paloma

Mañana, la diversión se traslada a la plaza de las Vistillas . Este enclave se ha consolidado como el centro neurálgico de esta celebración. A lo largo de la tarde habrá diferentes actividades a partir de las 19.30 horas con espectáculos de títeres, el tradicional concurso de mantones y zarzuelas como «El barberillo de Lavapiés». El remate de la noche será la actuación de Mikel Erentxun a las 23.30 horas. El cantante es una de las figuras más reconocidas del pop-rock. Triunfó en los años ochenta con el grupo Duncan Dhu y temas como «Cien gaviotas dónde irán» o «Esos ojos negros», aunque lleva desde 1992 labrando también su carrera en solitario. Después, la noche será de los madrileños y continuará la música hasta la madrugada.

En la plaza de la Paja también hay actividades durante todo el día como el concurso de trajes castizos infantiles o el de pasodobles. Por la noche habrá baile de la mano de la orquesta Recuerdo, seguido por una Salve a la Virgen, a cargo de Víctor Vivar y la música se prolongará también allí bien entrada la noche.

El viernes el espectáculo continúa. La calle del Águila acogerá, a partir de las 23 horas, un pasacalles a cargo de la banda «A Quarter Of a Dozen» seguido de un campeonato de Mus en la Taberna Calatrava. En la plaza de la Paja habrá, desde las 20.30 horas, concursos de dibujo y también de abanicos para rememorar que, hace años, las madrileñas flirteaban, quedaban e incluso «echaban broncas» solo con un movimiento de este refrescante artilugio. A continuación, la orquesta Nueva Era amenizará la velada a los «gatos» nocturnos.

Mientras tanto, en la plaza de las Vistillas se organizará a las 19.30 horas un espectáculo «Clownesco», seguido de un concurso de chotis y de actividades castizas y música hasta las 23.30 horas. Actuará Bongo Botrako con su autodenominado «punk parranda». La banda de Tarragona se hizo muy conocida tras el éxito de su canción «Todos los días sale el sol, chipirón!» y repasarán ante los madrileños su segundo álbum, «Revoltosa».

El sábado 15 es el día grande de la Virgen y todos los actos serán en su honor. A las 10 de la mañana habrá una ofrenda floral junto a la Iglesia de Nuestra Señora de la Paloma. La misa será al mediodía y después los bomberos del Ayuntamiento de Madrid bajarán el cuadro de su patrona.

Esta tradición proviene de 1787 cuando una mujer llamada Isabel Tintero encontró a unos niños jugando con un lienzo de la Virgen. Lo recuperó, lo arregló y lo colgó en su hogar. Según esta leyenda, Isabel Tintero le pidió ayuda con su parto a La Paloma y, tras este suceso, todas las vecinas empezaron a hacer lo mismo. Tiempo después se formaban largas colas para adorar a la «milagrosa» , así que se construyó una iglesia para su culto.

Desde esa iglesia comenzará, a las 20 horas del sábado, la procesión que recorrerá la Gran Vía de San Francisco, la Puerta de Toledo, la calle de Toledo, de la Latina, la Puerta de los Moros, la Carrera de San Francisco, la Plaza de San Francisco el Grande, y las calles de Calatrava y de la Paloma para volver a ser colgada por el Piquete del Cuerpo de Bomberos.

Al caer la noche, la diversión se traslada a la plaza de la Paja con la actuación de la orquesta Deborah y la entrega de premios de los concursos celebrados a lo largo de la semana. En las Vistillas la noche se pone interesante a partir de las 23.30 horas con la actuación de Sr. Chinarro , uno de los máximos exponentes de la música indie española, que comenzó sus andaduras por Sevilla en 1990.

El cierre de esta trilogía de fiestas castizas llegará el domingo 16. En la plaza de la Paja habrá un concurso de poesía castiza a las 20.30 horas. La noche llegará a su culmen con la actuación a las 22.30 horas de Amparo Sánchez, conocida por su grupo de música fusión Amparanoia.

Y en las Vistillas las fiestas las cerrará a las 23 horas Rosendo . El rockero de Carabanchel presentará los temas de «Vergüenza Torera», su último álbum, aunque el repertorio de este artista da para largo.

Pasó por bandas míticas como Ñu o Leño y siempre se caracterizó por sus letras directas y cargadas de ironía. Además, el olor a entresijos y gallinejas inundará este paisaje mientras duren las verbenas que cada año consiguen reunir miles de personas por las calles más castizas de Madrid.