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Macrofiesta, drogas y desfase desbordan un pueblo

La tranquilidad de Moralzarzal, de 12.000 habitantes, mutó en desenfreno ayer con las 8.000 personas de botellón que atrajo el festival de Año Nuevo

Macrofiesta, drogas y desfase desbordan un pueblo óscar del pozo

tatiana g. rivas

Los escasos cebolleros —como se conoce a los habitantes de Moralzarzal— que ayer se atrevieron a salir a la calle no daban crédito. Su pueblo había sufrido una metamorfosis el 1 de enero. «Es normal que haya una macrofiesta en Madrid para celebrar el Año Nuevo ... , pero no que se tome un pueblo para ello», expresaba un joven por la tarde cuando paseaba a su perro. Caminaba atónito en paralelo al gran «botellódromo» que se montó en el aparcamiento de la vía del Berrocal, en una zona residencial de chalés que cambió su asidua tranquilidad por un batiburrillo de música «techno» que estallaba desde centenares de vehículos.

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