El lotero que esconde décimos para sus vecinos en Almería reparte 8,5 millones de euros del tercero 19.517

En declaraciones a Europa Press, el lotero ha celebrado que las 17 series de un número que «lleva la gente desde hace un montón de años» y vendidas «décimo a décimo» a través de ventanilla se hayan quedado «entre los vecinos». Ha saludado, sobre todo, que alguno, por no decir la mayoría, de esos 170 décimos premiados estén en el bolsillo de clientes «que son conocidos» y a quienes, según admite tímidamente conoce, pero cuyo anonimato prefiere salvaguardar.

Ibáñez ha lamentado que, pese a que el número agraciado termina en '17' como el de la veintena de décimos que escondió y el que reservó para la isla de La Palma, este no haya sido el premiado «porque me hubiera encantado de todo corazón poder llevar yo mismo el décimo allí, a gente que lo necesitase por la situación» generada por el volcán de Cumbre Vieja.

«Les hubiera permitido a los palmeros recobrar la ilusión y un poco la alegría, pero, por lo menos, son 100 euros que se han ganado, además de estos 8,5 millones de euros que hemos dado con este tercer premio, que están muy repartidos en el barrio», ha trasladado con euforia contenida.

Ibáñez se ha referido, asimismo, a la empleada de la administración, ubicada en el número 13 de la céntrica calle Artés de Arcos de la capital almeriense, que solía jugar «todos los años» el 19.517, pero que este año decidió no adquirirlo por estar cuidando a su madre, quien fallecía hace unos días.

Sobre si planifica nuevas iniciativas de cara a nuevos sorteos, ha señalado que, para 'El Niño' «no nos da tiempo a planificar», pero ha avanzado que, en 2022, volverá a esconder décimos por los comercios del barrio para animar las compras navideñas y el ambiente festivo. «Yo me considero una persona con muchísima suerte y, el año que viene, volveremos» , ha concluido no sin antes recordar que en el haber de premios dados por la administración 13 de Almería faltaba el sorteo de Navidad ya que repartieron 65 millones de euros en otros sorteo ordinario.

La idea de esconder décimos en recovecos de mobiliario urbano, árboles y otros espacios de la zona, surgió hace dos años a raíz de unas obras que había en la calle y que dificultaban el paso de transeúntes. Hace poco el lotero reconocía que estaba vendiendo más que el año pasado y que volvía a ver a vecinos por la administración a los que «se echaba en falta». El éxito de la iniciativa, que llevó a personas de otras zonas a involucrarse en la búsqueda, obligó a Ibáñez a trasnochar para ocultar sin ser visto los décimos entre las papeleras, los bancos o las farolas.