El Gordo de Navidad: retrato de la alegría compartida (y repartida)

Esta mujer afirma que no sabe ni cuando ni a quién vendió la serie de diez décimos de este primer premio, ni tampoco si han sido uno o muchos los agraciados que se acercaron a su administración a comprar lotería. Tampoco puede precisar la identidad de los agraciados Laura García, empleada desde hace tres años de esta administración y que, como su jefa, atiende feliz y emocionada a los vecinos, clientes habituales y periodistas que empiezan a agruparse en el local. Eso sí, entre los muchos murcianos que se encuentran en este despacho de lotería ninguno dice ser poseedor del Gordo, aunque según Gloria Carazo el solo hecho de dar la suerte «da una inmensa felicidad».

En la otra punta de España, el Gordo de Navidad ha dejado un total de 4 millones de euros en la ciudad de Lugo, donde la administración de loterías de la plaza de Santo Domingo ha vendido una serie completa del número 13.437, mayoritariamente por ventanilla. Según informó la delegación comercial de Loterías y Apuestas del Estado, esa administración de loterías vendió diez décimos del Gordo, cada uno de ellos dotado con un premio de 400.000 euros.

El padre del actual propietario de la administración y anterior dueño de la misma, Jaime Macía, confirmó que de los diez décimos vendidos sólo tienen localizado a un comprador, en este caso a una vecina de Lugo, porque está abonada al número que finalmente ha resultado premiado con el Gordo. En cualquier caso, reconoció que en la administración todavía no saben si esa abonada se llevó «uno o dos décimos». Los demás fueron vendidos «en ventanilla».

Relativamente cerca, en Boñar (León), también ha recalado el Gordo. Carlos Manso, titular de la administración número 1 de Boñar, ubicada en la calle Concordia, ha repartido la suerte y, aunque desconoce quienes son los agraciados, supone que el premio está «muy repartido». «No tengo ni idea y hasta que no empiezan a venir agraciados a la administración no lo puedo saber», ha explicado el lotero, que no descarta ninguna posibilidad, incluso que toda la serie la haya comprado una sola persona.

No es la primera vez que este lotero reparte un premio importantes en Navidad y ha recordado que en 1988 ya dio el Gordo, el año pasado un cuarto y hace cinco años un quinto. «Estoy muy contento y ahora mismo no me cabe el corazón en el pecho», ha indicado Manso, que ha destacado que para ser una administración «pequeñita» de una comarca de León no se puede quejar.

Los cuatro dueños de la administración de Loterías número 76 de Madrid, situada en la calle Zurbano de Madrid y que ha vendido 118 series del Gordo de Navidad, el 13.437, habían regalado décimos de este número entre sus trabajadores, familiares y amigos. El número 13.437, premiado con cuatro millones de euros por serie (400.000 euros por décimo) en el sorteo extraordinario de hoy, es uno de los tres números que los dueños de esta administración regalaron a sus conocidos, como hacen todos los años.

Así lo ha explicado Lino Cuervo, uno de los cuatro miembros de la sociedad que regenta la administración, una sociedad limitada que componen tres hermanos y otro socio, que tomaron las riendas de este negocio al morir la suegra de uno de ellos hace unos años. Cuervo, que se mostraba muy relajado pese a que su administración ha vendido la mayor parte del Gordo -«son cosas que suceden, estoy contento por mí y por los amigos», ha dicho con tranquilidad-, ha conocido por una alerta en el móvil que ha vendido el premio más esperado del año.

Tanto él como sus tres socios de la administración tienen por costumbre todos los años regalar décimos con los tres mismos números a sus trabajadores, amigos y familiares, y uno de esos números es el 13.437. De hecho, Cuervo -que ha admitido que nunca habían vendido un Gordo, ni en Navidad ni en el sorteo de El Niño- es uno de los premiados, ya que tenía un décimo, igual que sus dos hijas.

Gracias a su generosidad han resultado premiados con un décimo los trabajadores de la administración, una de ellas Begoña que, exultante, ha dicho que lleva 16 años trabajando allí -antes lo había hecho en otras administraciones de lotería- y nunca le había tocado nada, hasta que se lo han regalado sus jefes. También han recibido el «regado» una empresa que se encarga del servicio de mensajería de la administración, un local de fotocopias cercano y una sucursal del Banco Santander también próxima al negocio.

Decenas de personas -entre los propios trabajadores y dueños de la administración, agraciados y curiosos- descorchaban champán en la puerta del establecimiento gritando «¡nos ha tocado el Gordo, nos ha tocado el Gordo!», mientras Cuervo colgaba un décimo gigante del número ganador con la frase en rojo «Primer premio, vendido aquí».