El Solitario: «Señora jueza deme el último "pitillito", si me va a condenar igual»
Jaime Giménez Arbe finge un desmayo en pleno juicio y asegura que está en huelga de hambre
carlos hidalgo/agencias
El Solitario, que está siendo juzgado hoy en Madrid por un atraco que cometió el 10 de mayo de 2006 en una sucursal bancaria de Alcobendas, está dando todo un espectáculo.
Nada más empezar el juicio Jaime Giménez Arbe se ha desplomado en la sala ... de vistas. Asegura que lleva 8 días en huelga de hambre para que le extraditen a España. Pero el Solitario no convence. La médico de la sala asegura que «el Solitario está en un buen estado de salud», mientras la juez le reprime: «¡Está usted simulando!». Sin embargo, el atracador se niega a contestar.
La defensa argumenta que el Solitario está siendo condenado por tenencia de armas y falsedad en Portugal, por lo que afirma que ahora no se le puede juzgar. También se le acusa de robo con violencia e intimidación.
En el escrito de acusación, el fiscal solicita hasta 11 años de cárcel por los presuntos delitos de robo con intimidación y uso de instrumento peligroso, tenencia ilícita de armas y falsedad documental.
Según el fiscal, Giménez Arbe, movido por un ánimo de ilícito lucro, accedió al interior de la sucursal bancaria del Banco Popular de la plaza de la Moraleja número 1 de Alcobendas, el 10 de mayo de 2006, donde, tras exhibir un arma de fuego, exigió a voces a los clientes y empleados de la sucursal que "se fueran al suelo".
Acto seguido se dirigió a la caja, donde le reclamó de forma exigente e insistente a la cajera el dinero que contenía. Como quiera que no le parecieron suficientes los 21.055 euros del botín y desconfiando de la afirmación de la cajera de que no había más dinero allí, efectuó un disparo que impactó en la zona inferior del mostrador. Acto seguido le inquirió a la cajera para que le abriera una puerta lateral de la entidad bancaria, por donde se marchó con la cantidad sustraída a bordo de una furgoneta a la que había superpuesto, con el fin de no ser relacionado con la maniobra depredatoria efectuada, unas placas de matrícula fabricadas de modo artesanal por él mismo.
La pistola con la que cometió el atraco a la sucursal, de marca Ithaca, se encontraba en perfectas condiciones de funcionamiento, si bien el procesado carecía de licencia para su posesión y uso.
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