Chatarreros y «okupas» destrozan dos edificios abandonados de Arturo Soria

Poco queda del mismo –prácticamente se ve el esqueleto–, así que en la calle Mesena, 39, a diez metros de este, hace tres meses comenzaron con el mismo proceso de destrucción. Ya no hay un solo marco de aluminio ni ventanal en estas dos fincas invadidas de pintadas, cristales y paredes rotas.

Los vecinos del número 8 y 10 de Piquer se encuentran todos los días con esas desoladoras estampas cuando miran por sus ventanas. Y es que, estos dos inmuebles están emplazados en medio de un barrio residencial y tranquilo donde el metro cuadrado está por encima de los 3.500 euros el metro cuadrado. Los residentes están atemorizados por la inseguridad que genera, ya que nunca antes se habían topado con un problema igual. Han escrito a este diario ( tumadrid@abc.es ) después de que los avisos a la Policía y las quejas al Ayuntamiento y la Junta del Distrito no surtan efecto. Ahora tienen miedo.

Después de tomar fotografías del interior del recinto de Piquer, un indigente se asoma desde el tercer piso, con barba larga y aspecto descuidado, y comienza a tirar objetos a quien perturba su estancia. Después, desaparece. Una mujer que vive próxima a este inmueble informa de que en el edificio se cuela todo tipo de gente. Incluso jóvenes para «celebrar fiestas». De este hecho no tienen constancia otros vecinos, que están acostumbrados a ver entrar y salir gente sacando y metiendo objetos. Escuchan ruidos, pero no pueden dar fe de que allí vive alguien de forma permanente.

Varias comunidades han comenzado a recoger firmas para presentarlas en el Ayuntamiento. Una vecina ha decidido poner cadenas y candados a la nueva conquista de Mesena. «Pero aun así las rompen y entran», informa un matrimonio. Lo que más temen los residentes de esta zona es que los «okupas» hagan de las fincas su morada. «Ya sabemos lo que cuesta echarlos. Mira en Plaza de España».

El hombre de esta pareja se pregunta por qué no ha hecho nada la Policía cuando se les avisó que estaban robando. «Si es una propiedad privada, se ha de seguir aunque no haya denuncia porque es delito», arguye. El Cuerpo de Policía Municipal siempre les da la misma respuesta, según afirman: «Si el propietario no denuncia, no podemos hacer nada».

Para los vecinos, las soluciones pasan por derruir las fincas o o tapiarlas. Mientras tanto, evitan pasear por esta zona por lo que pueda pasar.

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