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Viaje al interior de La Peineta

ABC se sumerge en las entrañas de lo que será el estadio olímpico y futura sede del Atlético de Madrid

Viaje al interior de La Peineta isabel permuy

tatiana g. rivas

El estadio de la antigua Peineta, una coqueta construcción de 19 años con muchas pretensiones, continúa acicalándose sin prisa pero sin pausa para las dos importantes citas que la esperan. Por un lado, la de 2015, cuando contraerá matrimonio con el Atlético de Madrid para convertirse en el estadio del equipo rojiblanco. Por otro, la más esperada, la de 2020, una aventura que la transformaría en estadio olímpico durante casi un mes para adaptarse a las competiciones de atletismo.

La construcción continúa a su ritmo tras rebasar los obstáculos de su camino. La maquinaria trabaja actualmente en lo que será la futura cancha del equipo de Enrique Cerezo. El interior del recinto aún está por rematar. Hay tramos que denotan un abandono del edificio más que un espacio en obras: escombros acumulados en diferentes zonas, escalones deteriorados, vallas con pintura corroída, adoquines sin colocar...

A trompicones

El movimiento de tierras de La Peineta comenzó en 2009, pero las obras tuvieron que arrancar en 2011, después de que el ex alcalde de la ciudad y actual ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, paralizase su construcción en 2010 por los efectos de la recesión económica. Si los planes continúan según lo previsto, estará finalizado para la temporada de 2014-2015.

Quiere ser una joya para la ciudad, un emblema para el club colchonero, con una ubicación envidiable —gracias al extenso nudo de comunicaciones— y con todos los accesos de transporte posibles. La parada de Metro Estadio Olímpico de la línea 7 ya está inaugurada, pero aún sin funcionamiento. Esta será una de las estaciones más grandes del suburbano.

Desde que La Peineta se erigió en 1994 con una inversión de 50 millones de euros apenas se recuerda actividad. Tan sólo un concierto de Bruce Springsteen cinco años más tarde y otro de Bon Jovi en 2003. La mala hierba crece alrededor de este estadio con escasos visitantes en su haber. Desde hace años sólo cuenta con la presencia de los obreros y algún madrileño que pasea junto a su perro por la maleza y cotillea hacia el interior.

Este proyecto de Antonio Cruz y Antonio Ortiz, de Cruz y Ortiz Arquitectos podrá acoger conciertos cuando culmine, como lo hace el Vicente Calderón. Tendrá capacidad para 75.000 espectadores —65.000 para los Juegos para ampliar las pistas de competición—. Este es un año decisivo para el futuro de esta creación que, de no albergar los Juegos en 2020, esperaría a una posible siguiente candidatura para alcanzar su sueño.

Viaje al interior de La Peineta

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