ENTREVISTA A Santiago Villanueva / Director Xeral de Emerxencias
«Una tragedia como Angrois no se gestionó nunca tan rápido»
La persona que coordinó todo el dispositivo de emergencias tras el accidente de tren admite, un año después, que «poco» cambiaría de esa gestión
CRISTINA PICHEL
Laza, junio de 2013. Los servicios de emergencias se movilizan en las vías de tren. Solo es un simulacro ante un posible accidente ferroviario en los túneles del AVE. Santiago, 24 de julio de 2013. La alerta esta vez es real. En Angrois, un tren con más de 200 pasajeros, casi tantos como su velocidad ... , no ha conseguido salvar la curva ni a 80 de sus viajeros. Santiago Villanueva recibe dos llamadas mientras disfruta con su familia de las fiestas del Apóstol. «Me avisó un inspector jefe de la Policía Autonómica que estaba trabajando en el dispositivo de los fuegos y al mismo tiempo me llamó el 112». Su destino: un barrio perteneciente a la parroquia de Sar difícil de encontrar incluso en coche oficial.
«Cuando me dejaron allí, la imagen que tienes es dantesca». Lo reconoce el director xeral de Emerxencias, la persona que coordinó todo el dispositivo de auxilio de víctimas, traslado de fallecidos y atención continua a familiares. En total, unas 3.000 personas —entre sanitarios y cuerpos de emergencias— trabajando a contracorriente . Las «48 o 50» horas que Villanueva pasó sin descanso son hoy una anécdota. Hace un año, una necesidad.
—Ese 24 de julio hubo tres dispositivos: en las vías, en el Cersia y en el multiusos del Sar. ¿Cómo se coordina eso en un breve espacio de tiempo?
—En el primer momento teníamos que atender lo de las vías, rescatar a los heridos y a los fallecidos y trasladarlos. Una vez comprobada la magnitud de lo que había sido aquello y de la cantidad de fallecidos, teníamos que buscar un sitio donde llevar los cadáveres que tuviese capacidad suficiente y unos requisitos especiales para garantizar la privacidad y la atención de los familiares. Y también buscar otro sitio donde se pudiese ubicar a los familiares que estaban a la espera de las noticias. Todo ello había que buscarlo con unos criterios lógicos: de cercanía, etc. El Cersia era un edificio que no estaba en el centro de Santiago, que tenía facilidades para aparcar y con unas características determinadas que lo hacía aconsejable. Por su parte, el pabellón del Sar tenía una sala grande, que era la pista, y una serie de habitáculos pequeños que permitía el tratamiento individualizado de entrega de los cadáveres a cada uno de los familiares.
—Y, sin embargo, la oposición no tardó en tildar la gestión de las emergencias de «caótica».
—Esta fue una tragedia, por desgracia, televisada en directo por los medios de comunicación. Era un sitio tremendamente difícil con dos accesos: uno de entrada y otro de salida. Si alguien pretende tildar de desastroso un dispositivo donde se movieron más de 1.500 recursos de emergencia, cerca de 200 ambulancias, 26 agrupaciones de protección civil, 7 parques de bomberos, 600 policías nacionales, 125 locales, 100 policías de la unidad adscrita y 125 guardia civiles en un espacio de tiempo y espacio físico reducidísimo, o no lo vio o realmente quiere engañar a la población y a la opinión pública.
—No todo serían críticas ¿no?
—Recibí felicitaciones y apoyo, además de muestras de condolencia, de todos los partidos. Públicamente no lo dirán, pero efectivamente todos se volcaron.
—Haciendo memoria, se le recriminó el tema de los helicópteros, el puesto de mando avanzado y la declaración del nivel 2 del Platerga.
—Cuando yo llego allí, le digo al operador del 112 que declaren la activación del Platerga. Evidentemente tenía una prioridad movilizar a los recursos que hacer el trámite administrativo de comunicar los fax. Una vez que se han movido los diferentes recursos se activa el trámite administrativo del Platerga, pero ya estaba realmente activado desde el primer momento. Por su parte, el puesto de mando avanzado se constituyó de forma inmediata con las personas que tienen que tomar las decisiones. La segunda parte del puesto de mando avanzado pasaba por la entrada de ese camión grande, donde se ubican las autoridades. Pero a nadie se le escapa que tenía prioridad mover las ambulancias y trasladar a los heridos que colocar el camión.
—Y, por último, el helicóptero.
—Cualquiera que trabaje en emergencias sabe que en un accidente en el casco urbano, como en este caso, el traslado de esas víctimas es mucho más rápido en ambulancia que en helicóptero. En un primer momento, cuando no se sabía la magnitud del accidente, se habló de movilizar a los dos helicópteros que tenemos, pero cuando los equipos médicos del 061 y el resto de equipos ya estamos allí, vemos que es mucho más operativo trasladar a los heridos en ambulancia.
—En todo caso, de activarse antes del Platerga, salir el helicóptero o poner el puesto de mando avanzado en su sitio, ¿hubiese cambiado algo?
—No. No se podría haber hecho de otra forma y la forma en la que se hizo es la correcta y la más eficaz y eficiente para la gestión de emergencias.
—Resulta paradójico que mientras la oposición les bombardeó por la gestión, desde otros países se interesaron por el dispositivo desarrollado. ¿Se hizo algo atípico entonces que llamase la atención de los extranjeros?
—Tenemos que pensar que Santiago es una ciudad con 100.000 habitantes y con unos recursos limitados. Una tragedia de esta magnitud no se gestionó tan rápido en ningún lado. No solamente el rescate y traslado de los heridos, sino la gestión completa de la emergencia, porque la emergencia no acabó en las vías. También es la identificación de las víctimas, la entrega de los cuerpos con todas las garantías, los equipajes, etc. Todas estas actuaciones se hicieron en tiempo récord. A las 4.30 de la madrugada o a las 5 ya teníamos el listado de los heridos que estaban en el hospital. Además, desde el 112 se habló con todos los 112, con más de una veintena de países que estaban llamando interesándose por si había personas de su nacionalidad. Hubo que atender a un montón de delegaciones de otras comunidades que venían a recoger a víctimas.
—¿Algún homólogo de otro país se puso en contacto con usted?
—La verdad es que sí. Nos llamaron y nos mandaron felicitaciones de Francia, Portugal, de los 112 de España, de otros países... Primero llamaron ofreciendo ayuda de distintas embajadas y medios de intervención de Francia y sobre todo de Portugal. Y una vez pasado esto nos felicitaron por la gestión realizada dentro de lo que se podía.
—¿Estaba Galicia más preparada para una catástrofe así que otras zonas?
—No sé si más que otras zonas. Nunca estás preparado para una catástrofe de este tipo, pero los resultados demuestran que sí teníamos y tenemos capacidad para actuar, una situación de medios muy profesionales y una población que responde ante este tipo de situaciones. Las circunstancias en las que se dio ayudaron y perjudicaron. Lo primero porque había un amplio dispositivo montado para las fiestas del Apóstol, pero a su vez fueron negativas en el sentido que si fuese otro día, ese tren no venía tan lleno.
—En todo caso, supongo que todo es mejorable. ¿Qué aprendizaje deja esta experiencia para las emergencias?
—En el tema de la emergencia, antes de todo tipo de siniestro, haces simulacros de entrenamiento. Esto te entrena para responder mejor, pero en la propia emergencia todo el mundo da un plus debido a la adrenalina. En este caso, todo el mundo actuó muy por encima de sus posibilidades. Claro que todo es mejorable. Con perspectiva, a lo mejor habrías hecho cosas distintas. Yo francamente poco cambiaría de lo que hicimos en ese momento.
—¿Y de la investigación judicial? ¿Hay más responsables que el maquinista?
—Ante cualquier siniestro o catástrofe hay que buscar, evidentemente, las razones por las que se produce. En este caso no sé si es una causa sola o si son varias las que lo producen. Yo entiendo a las familias que buscan ante cualquier desastre el porqué y si no habría otras cuestiones con las que, a lo mejor, no se hubiese producido.
«Una tragedia como Angrois no se gestionó nunca tan rápido»
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