La paciencia de los lucenses se agota tras un mes de huelga de basura

El colectivo que agrupa a los empresarios del casco histórico, Lugo Monumental, señalaba en una «carta abierta» al Ayuntamiento, a los trabajadores de la concesionaria y a la propia empresa Urbaser, que los días de huelga transcurridos «colman la paciencia de cualquiera», además de provocar importantes «pérdidas económicas» en sus negocios.

Más o menos en la misma línea se expresaba el alcalde, José López Orozco, quien instó a ambas partes, patronal y trabajadores, a «sentarse a negociar las horas que sean necesarias» para poner fin a esta huelga, porque opina que ya se ha acabado el tiempo de las «disculpas».

De hecho, al igual que hicieron los empresarios del casco histórico, recordó que la «paciencia» del alcalde y de los ciudadanos de Lugo tiene «un límite», porque un mes de huelga en el servicio de recogida de basura resulta difícil de soportar para una población de casi 100.000 habitantes, y todavía peor al celebrarse en ese tiempo la fiesta romana del Arde Lucus, que congregó en la capital lucense a unas 650.000 personas.

El colectivo Lugo Monumental afirma que «la ciudadanía está harta y los empresarios cansados de ser rehenes de un conflicto privado que les ha causado pérdidas económicas que superan con mucho lo reclamado y de no saber qué hacer en esta situación», señaló el munícipe.

«Aunque sería lo más fácil, no podemos ni queremos elegir un bando. Ni apoyamos a la empresa que ha generado el problema, ni a los trabajadores que se niegan a cumplir la ley y eligen que servicios mínimos cumplir y cuales violar, ni al Ayuntamiento, que amenaza con medidas, pero consiente impasible esta situación», lamentan los empresarios del casco histórico.

Llegados a este punto, el Ayuntamiento de Lugo ha iniciado el procedimiento para rescatar la concesión administrativa y ha aprobado una sanción de 30.000 euros a la empresa concesionaria por los problemas que está generando la huelga en la ciudad, la máxima cuantía que permite la ley en este tipo de casos.

Aún así, López Orozco reconoció que esta semana habló con los responsables de la empresa y los conminó a buscar una solución a este conflicto laboral, una petición que halló por parte de Urbaser una respuesta positiva y el compromiso de sus directivos de que «van a hacer todo lo posible para que se produzca esa negociación».

En todo caso, las relaciones entre la patronal y sus trabajadores están todavía frías. Fuentes de Urbaser apuntaron a EFE que se está produciendo en las negociaciones «un problema de bicefalia en la representación de los trabajadores y la empresa no se está encontrando con un liderazgo sindical claramente definido».

De hecho, sostiene que, cada vez que se llega a un acuerdo, el comité de empresa se reúne con los «asesores sindicales y esa posibilidad de cerrar las negociaciones queda bloqueada».

Sin embargo, el secretario del comité de empresa de Urbaser en Lugo, Julio Pacio, culpa a la empresa de esta situación y afirma que las negociaciones para poner fin a este conflicto no se circunscriben a un pacto en el aspecto económico, porque también «hay diferencias en lo social que habrá que arreglar para poner fin a la huelga».

El propio secretario del comité de empresa aseguró que si el motivo de la huelga en el servicio de limpieza y recogida de basura en la ciudad fuese «exclusivamente económico, el paro no hubiese durado tanto y ambas partes habrían llegado ya a un acuerdo».

Entretanto, los inspectores del servicio de Control de Riesgos Ambientales de la Xunta de Galicia continúan peinando a diario las calles de la ciudad y los núcleos de población de la zona rural del municipio para decretar las alertas sanitarias que está provocando la acumulación de basura desde hace semanas.

El jefe del servicio de Control de Riesgos Ambientales de la Xunta de Galicia en Lugo, José Luis Fugarolas, insistió en que la situación es preocupante, porque esas alertas sanitarias no se circunscriben a puntos concretos dentro del casco urbano o de la zona rural del municipio de Lugo, sino que afectan a calles, avenidas y núcleos de población enteros.

Sin ir más lejos, los inspectores de la Xunta de Galicia decretaron ayer mismo la alerta sanitaria en toda la avenida de Fontiñas, una de las calles con mayor número de habitantes de la ciudad, y en otras vías importantes del casco urbano, como la Avenida da Coruña o la Ronda do Carme.

Sin embargo, López Orozco afirmó que el trabajo que han venido desarrollando en las últimas semanas la propia empresa Urbaser, concesionaria del servicio, y Tragsa, que fue contratada para retirar la basura de los puntos con alerta sanitaria, hace que «Lugo no dé la sensación de ser una ciudad con un mes de huelga en su servicio de limpieza».

El propio Ayuntamiento de Lugo confirmó que el trabajo combinado de Tragsa y de Urbaser hace que, a día de hoy, se esté retirando más basura de las calles de la ciudad que en una jornada ordinaria de trabajo de la concesionaria, pero sigue sin ser suficiente a causa del gran volumen de desperdicios acumulados en las primeras semanas de huelga.

El portavoz del Gobierno local, Luis Álvarez, confirmó que actualmente ambas empresas están retirando diariamente de las calles de la ciudad entre 120 y 130 toneladas de basura, cuando en una jornada normal de trabajo esa cifra se mueve entre 90 y 100 toneladas.

Así, a pesar de que la suciedad es evidente en cualquier parte del casco urbano de la ciudad y en los núcleos de población de la zona rural, el Ayuntamiento de Lugo informó de que las dos empresas han retirado desde el inicio de la huelga alrededor de 2.000 toneladas de basura