¿Pero qué pasó con el holandés de Petín?

La mujer de Martin Verfondern habla del enigmático caso y apunta a desavenencias por tierras comunales tras la aparición de varios restos óseos cerca del lugar donde se halló calcinado el coche de su pareja

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Las luchas por las tierras comunales podrían ser el origen de las desavenencias surgidas en la pequeña aldea de Santoalla (Petín), a donde había llegado el holandés Martin Verfondern hace unos trece años junto a su mujer en busca «de las aguas más limpias ... del mundo».

«Había problemas con el dinero correspondiente a los montes comunales y los vecinos no querían repartirlo con nosotros, aunque el juez ha dicho que tenemos derecho», recuerda la holandesa Margo Pool, esposa de Martin, desaparecido hace cuatro años.

Desde su casa en Santoalla, una pequeña aldea casi en ruinas situada a pocos kilómetros de Petín, donde se rodó el popular largometraje «Sempre Xonxa», Margo no ha dudado en atender a los medios de comunicación.

Tras varios años casi en silencio esperando alguna pista sobre el paradero de su marido , ha explicado que «Martin tenía problemas con los vecinos y con el alcalde, pero también puede ser que estuviera en un mal momento en un mal sitio», situación que llevó a que hubiese peleas entre los vecinos en este pueblo, que ha pasado de tener 60 vecinos a contar únicamente con tres casas habitadas.

El hallazgo del vehículo del holandés , un Chevrolet Blazer, así como de restos óseos -que se investiga si corresponden al holandés- le hacen pensar que estos problemas hubiesen tenido que ver con la desaparición de Martin Verfondern. Por este motivo, pide a la Guardia Civil que «averigüe qué paso y cómo».

El día de la desaparición

De momento y a la espera de que se analicen las muestras y los restos hallados la noche del viernes, en las inmediaciones del vehículo, prefiere ser cauta. El día que desapareció Verfondern ella estaba de viaje en Holanda visitando a la familia. Entrada la noche, recuerda que sobre las 23:00 horas la llamó un voluntario para decirle que Martin no había llegado.

A medida que pasaban los días, descartó la posibilidad de un accidente de tráfico. La última pista del paradero de Martin Verfondern se perdió cuando subía con su vehículo a Petín desde O Barco de Valdeorras, donde paró a realizar compras y a hacer diferentes gestiones. «La gente nos dijo que lo vio subiendo en coche» en una zona conocida como el carballal, y no en la zona donde fue localizado el vehículo, a la que según Margo nunca habían ido porque no la conocían.

Sin miedo a continuar en Petín

Preguntada por los restos hallados en el monte, ha descartado que el teléfono móvil sea de su marido. Respecto a la posibilidad de un homicidio, la mujer asegura que no tiene miedo y que seguirá residiendo en su casa de Petín, donde cuenta con una huerta y varios animales.

Mientras tanto, una de las pocas vecinas que residen en este minúsculo pueblo, rodeado de montañas, ha rechazado que tengan problemas con los holandeses y ha pedido que se esclarezca lo que sucedió.

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