Abogadas sin escote, ni perfume, ni llamativos pendientes
Son algunas de las recomendaciones de una guía para letrados noveles. Abogados coruñeses piden que se retire el texto, que anima a desterrar los tatuajes
p. abet
Ni pendientes muy grandes, ni pantalones vaqueros, ni escotes profundos, ni faldas cortas, ni abusar del perfume. Éstas son las recomendaciones que un vademécum para abogados noveles redactado por el decano emérito del Colegio de Abogados de Sevilla sugiere a las recién llegadas a la ... profesión. También desaconseja pintarse las uñas con colores llamativos, llevar botas con falda o utilizar camisetas, según critica un grupo de trabajadores del gremio integrados en la Iniciativa 542.2. Y es que, en opinión de estos abogados coruñeses, la publicación entregada en la última jura de colegiados el pasado 14 de marzo en la sede colegial, introduce «pautas sexistas y trasnochadas».
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Después de estudiar pormenorizadamente la obra redactada por José Ángel García Fernández, este grupo herculino solicitó al ente colegial que cese la distribución de este texto entre los letrados noveles por considerarlo «indignante». Particularmente polémico es el apartado dedicado a la indumentaria de los letrados, donde se recogen las instrucciones sobre qué ponerse o no atendiendo «a la opinión generalizada de prestigiosos estilistas en la materia». Así y, en el ejercicio de su profesión, las abogadas podrán elegir entre usar «un traje de chaqueta gris, negro o azul marino (para inferior falda o pantalón) con camisa blanca de cotó piqué, jersey de cuello blanco (para llevar sin chaqueta), blusas de diferentes colores, abrigo negro o azul marino (siempre huyendo de los colores chillones), zapato plano para llevar con pantalón, zapato de poco tacón para llevar con falda o botín para pantalón con tacón bajo». También existen indicaciones para los hombres, a los que se le impiden los tatuajes.
Atentado contra la libertad
Ante la lectura de estos consejos estilísticos, la Iniciativa 542.2 considera que la publicación es «un atentado contra la libertad individual y un insulto al colectivo profesional y, dentro de éste, a las mujeres abogadas». En su opinión, el cumplimiento de las normas de urbanidad y de higiene (el vademécum subraya que uno tiene que dar la impresión de estar «bien duchado») son consustanciales a la persona y no al profesional.
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