Calviño: «Este episodio no contribuye a que se confíe en la política»

David Fernández Calviño , que ingenuamente abrió la pugna con su marcha, ratificará mañana lunes su baja ante la Mesa del Parlamento para dedicarse por completo a su trabajo como científico en la Universidad de Copenhague, donde ya está «perfectamente integrado». Aunque todavía seguirá militando en Anova, explica a ABC que la gestión del conflicto no se hizo del todo bien y que, irremediablemente, pasará factura entre la sociedad.

—¿Cómo ha vivido este mes?

—El mes lo pasé bien, al contrario de lo que mucha gente se pensaba.

—¿Sus compañeros en Dinamarca entendían su situación? Me refiero a lo de ser diputado e investigador al mismo tiempo y en diferentes países.

—La entendían porque ya se la había comentado, pero evidentemente no es una situación muy normal. Aun así, la mayor parte del trabajo que había que hacer en estos dos primeros meses se basaba en aprender unas técnicas que yo ya conocía y lo tuve bastante fácil. El trabajo tampoco me exigía estar allí todos los días. De hecho, ellos tienen un sistema «cojonudo» porque puedes avisar que trabajas desde casa.

—¿Cree que el conflicto generado con su relevo se gestionó correctamente?

—Está claro que el asunto no se solucionó bien desde el momento en que no está solucionado.

—No como quería AGE, claro.

—Evidentemente.

—¿Por qué alargó su situación?

—Me lo pidieron, era posible hacerlo y lo hice. No me supuso tampoco ningún esfuerzo porque lo que tenía que hacer en Dinamarca durante los primeros meses podía compatibilizarlo con venir aquí. Desde el momento en el que a mí me dicen que esperáramos un poco, todos confiábamos en que el asunto se pudiese arreglar con algo más de tiempo, pero no pudo ser.

—La dirección de EU apeló a un supuesto pacto interno con Anova para evitar la entrada de Iglesias, pero ella dijo que lo desconocía...

—Yo lo conocía y, en ese sentido, ella tenía que tener mucha más información de la que tenía yo. En mí caso era un militante de base y ella dirigente de su partido. Hay una gran diferencia. Lo sabía y, además, el tema de que yo me podía ir (del Parlamento) se sabía desde el primer día. O en Esquerda Unida no se hablan entre ellos, cosa que dudo, o no sé qué «coño» paso ahí.

—Está claro que ahora muy buena relación con Iglesias no hay.. .

—Me consta que hay gente en Orense que tenía relación personal con ella y que está muy fastidiada. Carmen no es mi amiga, la conocí en la campaña, pero estas personas, que le tienen afecto personal de toda la vida, imagínate cómo pueden estar...

—¿Qué le recomienda?

—Lo único que le puedo recomendar a ella o a cualquiera es mirar por el colectivo y las ideas que defendemos y no por uno mismo.

—¿Lo deseable es que entre en AGE o que conforme un Grupo Mixto?

—Tengo mi opinión personal, pero esperaré a ver qué dice el grupo.

—Si entra fuera de la coalición, ¿ésta no quedaría un poco mermada?

—La coalición no se vería mermada, todo lo contrario. Simplemente tendrían que trabajar un poco más todos los compañeros, de hecho lo van a tener que hacer. El problema fundamental es la utilización que hacen otros grupos o algunos medios de comunicación, que nos atacan constantemente, de este caso puntual. En un año de trabajo parece ser lo único que encuentran para tratar de desacreditar a nuestra coalición, que yo creo que está cumpliendo con lo que dijo.

—Coincidirá conmigo en que esto, en cierta medida, sí afecta a la coalición...

—Nos afecta exteriormente en cuanto a lo que pueda opinar la gente de AGE, pero internamente yo creo que no tiene mayor problema. Evidentemente, estos episodios son los que contribuyen a que la gente confíe cada vez menos en la política.