Aforo completo en la catedral de Santiago

Entre las muchas personas que asisten a la misa se encuentra José Manuel Romay Beccaría, presidente del Consejo de Estado, que manifiesta a ABC que está «desolado» por la tragedia .

Fuera, cada vez son más largas las colas para entrar en la siguiente misa. Se guarda turno con mucha antelación. En esta mañana triste de Santiago hay tres misas: a las once menos cuarto, a las doce (que es la del peregrino) y a la una de la tarde. «¿Va a haber botafumeiro?», pregunta un turista a los vigilantes de las puertas. «No. Hoy no».

Hoy, todo Santiago ha amanecido envuelto en el humo del dolor por la pérdida de, al menos, 78 personas que hace 24 horas estaban llenas de vida y que, si la fatalidad no se hubiera cruzado en su camino, a estas horas estarían festejando a su patrón o disfrutando de estas fiestas.

La plaza del Obradoiro muestra una imagen que nada tiene que ver con la de otros 25 de julio. Las vallas aguardan amontonadas en los rincones porque no hay ninguna multitud a la que contener.