«Abrigar el Prestige en Corcubión solo era posible las primeras 24 horas del siniestro»
El capitán de Marina Mercante, José M. Fernández Hermida, sostuvo «faltó una valoración del riesgo de hundimiento»
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El capitán de Marina Mercante José Manuel Fernández Hermida, nombrado perito judicial por el Juzgado de Corcubión que instruyó la causa del «Prestige», ha argumentado que abrigar el barco en el seno de Corcubión solo era posible «en un plazo de 24 horas». También ha ... sostenido que, por parte de la Administración, «faltó» una valoración del riesgo de hundimiento. En el juicio que se celebra por la catástrofe marítima, ha dicho también que al buque «le sobraban seis o siete años» de navegación, por su antigüedad de 26 años, y ha coincidido con otros peritos en que la causa del accidente fue «la rotura de un mamparo». También ha tildado de «terrible» la corrosión que presentaba el buque. Por otra parte, sobre el vertido, ha apuntado que el primer día -el 13 de noviembre de 2002- el barco vertió ya «20.000 toneladas» de las aproximadamente 77.000 que llevaba.
Actuación del capitán
Sobre las decisiones adoptadas por el capitán del «Prestige», Apostolos Mangouras, ha cuestionado la decisión de lastrar los tanques con agua para corregir la escora por no ser «la mejor solución» y ha admitido que debía haber tomado «remolque desde un principio». Sin embargo, ha justificado sus actuaciones «en ese mar de confusiones». Así, se ha mostrado convencido de que su «intención en un principio» fue adrizar un barco para «arriar un bote».
«Al barco le sobraron seis o siete años de navegación», apuntó el perito
«Creyó que el barco se iba a hundir y, como buen capitán, pensó en salvar la tripulación y luego en salvar el barco», ha apostillado este perito. Fernández Hermida ha definido también a Mangouras como una persona «valiente y un capitán excelente». Además, ha remarcado que un barco «lo lleva un equipo» al cuestionar si en esos momentos tuvo el apoyo necesario de otros tripulantes, como el primer oficial, y ha recalcado que la Administración le debió informar de que el remolque «no era gratuito».
Papel de la administración
Sobre la actuación de las autoridades españolas y las opciones con el barco, ha dicho que, de no llevarlo a alta mar, la Ría de Corcubión era la que ofrecía «más garantías» para abrigarlo. No obstante, ha advertido de que era una operación que debía realizarse «en un plazo de 24 horas y conllevaba problemas por los vientos de la zona y por la necesidad de contar con el apoyo de otros barcos». Por otra parte, ha considerado «difícil y un poco tarde, el día 14 de noviembre, tomar otra opción que no fuese alejar el buque ya que, en su opinión, lo desaconsejaba la distancia a la que se encontraba ya de Corcubión». Sobre las decisiones de la Administración, ha considerado que se vieron condicionados por su opinión de que el barco se iba a hundir. Al hilo de ello, ha manifestado que «faltó una valoración de riesgo del hundimiento mandando a bordo a gente adecuada y el número preciso». «No tenían información, ni se buscó», ha apostillado.
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