Touriño, un «enfant terrible»
El expresidente presentó «O futuro é posible» en medio de una sala donde analizó la situación del PSdeG y pidió una alternativa desde la coalición
cristina pichel
En las más de cuatrocientas páginas que conforman el título «O futuro é posible» no habla un joven político, sino la voz de la experiencia . Una veteranía marcada en sus años al frente del PSdeG y en los venideros, que lo relegaron —a ... la fuerza— a una vida a la sombra de un partido que ahora vive una de sus peores crisis a nivel de organización y en el impasible «ágora» pública.
A ella, al «ágora» y a los ciudadanos se refirió el expresidente de la Xunta , Emilio Pérez Touriño, que ayer presentó —bajo el cariño de simpatizantes, militantes y excompañeros de Gobierno— sus memorias. «O futuro é posible » recoge la reformulación del socialismo gallego desde aquel 1998 hasta donde el propio Touriño dejó el barco, ese 2 de marzo de 2009.
Con autocrítica y remarcando lo que se hizo bien —pero también lo que se hizo mal — en sus años como presidente del gobierno bipartito, Touriño también lanzó mensajes críticos a los ahora dirigentes del aparato. Aunque sin alusiones directas, la presentación discurrió entre duros comentarios a la dirección , dado que, a sus ojos, se necesita de «renovación política de liderazgos, de cargos y de pensamientos».
«Hace falta renovación política de cargos, liderazgos y pensamientos», dijo
Habló el Touriño político, pero también el personal, siempre celoso de su vida privada. «En un día muy especial para mi porque entrego una criatura», el expresidente agradeció la presencia de todos los asistentes en una sala a reventar. Iban a escuchar a su amigo, a su compañero de partido e incluso a su rival ideológico. Porque allí, en primera fila, atendía el también extitular de la Xunta, Gerardo Fernández Albor o la expresidenta de la Cámara durante 2005-2009, Dolores Villarino.
Más atrás, compañeros como Xoaquín Leiceaga, José Manuel Lage Tuñas, Ismael Rego, Francisco Rodríguez o José Luis Méndez Romeu, uno de los pocos asistentes con cargo representativo a día de hoy en el partido. Históricos como Ceferino Díaz se abrían paso entre la muchedumbre, mientras Vicente Irisarri y María José Caride se apretaban la mano con complicidad.
Asentía Caride como quien asiente a un padre mientras Touriño narraba la necesidad de reconstruir una nueva alternativa a las políticas del PP e instaba a abandonar la vieja concepción del bipartito «como un fracaso» .
La concepción de coalición
«Porque ese 1 de marzo de 2009 no fue un desastre. Hubo una mayoría de gallegos que confiaron en el gobierno de coalición. Repetimos nuestros 25 diputados», esgrimió. Siete escaños más que hoy que, sin embargo, no impidieron que el PSdeG —y a la postre al BNG— perdiese las elecciones. Y de esa coyuntura nace el libro, porque «los ciudadanos merecen una explicación» de lo que ocurrió, de la falta de consenso interno entre los dos partidos que derivó en un excesivo afán de «presidencialismo» y olvidó la función principal de todo Gobierno: buscar el bienestar de sus ciudadanos.
«Una alternativa posible entre un renovado nacionalismo y una renovada socialdemocracia»
En la esquina, un asistente hacía un retrato a boli de Touriño mientras éste hacía lo propio con el posible futuro de Galicia. «Es viable una nueva forma de gobernar por la que vale la pena seguir construyendo país» . Pero para ello, el exsecretario general del PSdeG avanzó la necesidad de una confluencia entre la socialdemocracia galleguista y el nacionalismo, una alternativa de coalición no formada «el día después de las elecciones», sino antes. Una cultura en la que se unan las dos fuerzas «renovadas» para lograr «rescatar la vida política o la conversación pública».
Cuatro ovaciones
Ovacionado hasta en cuatro ocasiones, Touriño terminó y resopló, consciente de que esta vez no había dado consejos de ni de padre, ni de presidente ni de líder político. Tan solo de un ciudadano más que vivió la situación de desgaste económico-financerio y de crisis identitaria de partido desde la primera línea. «Tengo nostalgia de otro PSdeG, no perfecto, con el que fui crítica, pero sí mucho mejor que el actual» . «Ahora estamos en una etapa de sálvese quien pueda».
No eran palabras de Touriño, sino mensajes de militantes de base y de simpatizantes que participaron —vía twitter o pidiendo la palabra en la sala— en la conferencia, después de mucho tiempo en silencio, del «enfant terrible» del PSdeG.
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