DEPORTE FEMENINO
Una convicción sobre la arena
Liliana Fernández y Elsa Baquerizo han labrado personalmente su carrera en el voley playa para ser referencias mundiales

Firmes son los fundamentos de una carrera deportiva edificada en lo irregular de la arena de la playa . Y lo son, cimientos graníticos, poderosos, inalterables, porque los inicios ya fueron maduros e independientes. Es la base del discurso transparente de una de las componentes de la pareja de voley playa femenino que escribe historia para el deporte español . No existían referencias, nadie de quien absorber y aprender, pues ellas se han hecho a sí mismas y han trabajado duro en el diseñar su vida deportiva y hoy, sabiendo que queda mucho camino y que siempre se lo han allanado solas, Lili y Elsa son las cuartas en el ranking mundial de su disciplina. Y son espejo para muchas chicas que quieren iniciarse en un deporte que en su nivel de alto rendimiento discurre por un circuito mundial de catorce pruebas y otro europeo de ocho . Dura competición, largos viajes, cuantiosa preparación, y todo resuelto de forma autónoma, buscándose la vida, pues a nivel federativo se ven respaldadas en cuestiones administrativas con el Consejo Superior de Deportes (CSD) y ADO y con un puñado de balones.
Liliana Fernández Steiner (Benidorm, Alicante, 4/1/1987) atiende a ABC a caballo entre un parón de la temporada y de la preparación de los exámenes de septiembre de Turismo . Lo hace antes de regresar a Tenerife y encontrarse con su compañera Elsa Baquerizo y su entrenador. Lili es de las personas que mantienen la mirada con su interlocutor, y se le nota veraz, y apasionada en lo que cuenta .
De bien pequeña lo suyo era el deporte. Atletismo, karate, fútbol, ballet,... Lo que fuese. Con trece años le ofrecieron entrar en el club de voleibol de Benidorm . «Acepté y dejé los otros deportes», recuerda. Cuatro años en los que finalmente vio que el voley en pista se iba por el camino de los fichajes y las comisiones y el olvido de la cantera . «En 2005, con 18 años, recibí una oferta para jugar a voley playa e irme a Tenerife y no me lo pensé. Desde entonces es mi forma de vida, que compagino con mis estudios», explica.
Llegó becada a un centro especializado en tecnificación deportiva en Arona , al sur de Tenerife, subvencionado por el Consejo Superior de Deportes y por el Gobierno de Canarias. Allí coincidió con Elsa. «Nos ayudó muchísimo para entrenar al más alto nivel. El problema fue que era un centro sub 23 . Cuando cumplimos los 22 tuvimos que salir», explica Liliana. Pero llegó un momento clave.
Emprendimiento
Daniel Wood , entrenador de Lili y Elsa en el centro de Arona, confío en el potencial de la pareja. «Creía en nosotras y nos propuso iniciar un proyecto» , recuerda la jugadora de voley playa, quien concreta que entonces comenzó una etapa de emprendimiento. Eran ellas las que tenían que subvencionarse esa incipiente carrera. «El primer año parte de los viajes al World Tour Senior nos lo pagó este centro, pero la otra mitad nuestras madres nos tuvieron que dejar dinero, él -su entrenador- también puso de su bolsillo ,... Y según ganábamos algún dinero que otro lo reinvertíamos para el siguiente viaje . Hay gente que nos dice: ‘¿Y si os llega a salir mal?’. No era una opción, no lo contemplábamos», significa Liliana.
Sin apoyo económico federativo, de mil y un requisitos para conceder becas o subvenciones, sabían que tenían que depender de sí mismas y buscar alternativas, moverse, fiscalizar todo lo que
Defienden a España ante potencias como Brasil o Estados Unidos
significaba -y todavía lo tienen que hacer- su carrera deportiva. Por el camino, un pequeño apoyo del hotel Royal. Protagonizaron un calendario para recoger fondos . Esta última acción llegó a un empresario que entendió que la imagen de la pareja casaba con la bebida energética Wild Wolf, que les permitió un respaldo importante. «Hasta que no entró el patrocinador no sabíamos lo que era tener dinero no para ahorrar, sino para vivir en invierno cuando no había competición», dice.
Pareja sobria y con talento
Tomaba más fuerza un proyecto que se hacía realidad porque Lili y Elsa respondían en la arena con sobriedad . « Empezamos en un buen año. 2009 fue justo después de las Olimpiadas y muchas parejas se separaban o se retiraban. Nosotras estábamos en el último puesto de la previa. Fuimos jugando todas las previas, eran tres rondas en ese momento, y creo que ese año las pasamos todas menos una o dos. Fue bastante bien y nos permitió coger puntos y cara al 2010 y 2011 pues seguimos creciendo », explica la benidormense.
La temporada clave fue 2011 . «A mí me encontraron una lesión en el hombro . Era operarme y perderlo todo, la temporada y la clasificación a los Juegos, o buscar una solución. Dimos con el doctor Gutiérrez, del balonmano del Barça y de la selección española. Me mandó una rehabilitación y pude seguir jugando; no estoy operada, sino rehabilitada », recuerda satisfecha.
Aceleraron en 2011 y en el año olímpico llegó la primera final y el bronce en el campeonato de Europa . De ahí a los Juegos de Londres. Fueron novenas, pero el recorrido, que se mantiene firme, solvente, que les hace ser respetadas allá donde van en el Mundial y el Europeo, desean que les lleve a Río de Janeiro 2016 con la confianza de hacer medalla.
Ahora entran en la recta final de la actual temporada. Tendrán un descanso entre noviembre y diciembre. Y llegará la pretemporada con dobles sesiones diarias de preparación física y progresivamente tocarán la arena de la playa. Y con el comienzo de la temporada, un sinfín de viajes de un lugar a otro del mundo para seguir agrandando su leyenda y colocando a España , al menos en lo deportivo, como una potencia del voley playa.
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