¿Unas Cercanías en francés?
La reunión de Mas con SNCF se produce cuando el Govern y Renfe ultiman el acuerdo para prolongar el contrato de Renfe: la irrupción de un operador extranjero
¿Unas Cercanías en francés?
La política en general es casi siempre un juego de apariencias, en el que a menudo es tan importante lo que se muestra como lo que se esconde y se hace en realidad. Es en esta especie de «teatrillo» donde cabría enmarcar la reunión que ... el pasado lunes mantuvo en París el presidente de la Generalitat con el máximo responsable de la compañía publica de ferrocarriles franceses (SNCF) de cara a la posible cesión a este operador, o a otros interesasdos, de la explotación de las Cercanías de Barcelona. La reunión, dado el contexto político actual, fue analizada en algunos ámbitos casi como si se tratase de un paso más en la estrategía de Artur Mas hacia la «transición nacional»: cambiar una operadora española por otra francesa, y de paso vengar años y años de un servicio tirando a pésimo.
No obstante, la realidad es más bien otra, y la reunión de París se produce paradójicamente cuando la Generalitat y Renfe se disponen a firmar en breve -«cuestión de semanas, a lo sumo meses», explican fuentes conocedoras de las negociaciones- el contrato-programa por el que la operadora española seguirá prestando el servicio de Cercanías en Barcelona hasta diciembre de 2015 .
La posibilidad de que Renfe deje de prestar el servicio se contempla dentro del proceso de liberalización ferroviaria que se está implantando en España, y que abrirá a la libre competencia un sector hasta ahora monopolio de la operadora pública española, hasta ahora sin rival en mercancías (ya liberalizado y con diversas compañías ya operando), y pasajeros, a partir de julio. El proceso, dada la complejidad no será sin embargo ni inmediato ni fácil.
Reuniones en Barcelona
Por volumen de pasajeros, los núcleos de Cercanías de Madrid y Barcelona, y más adelante el corredor de Alta Velocidad entre ambas ciudades, son los paquetes más apetecibles para las principales operadoras europeas, que ya han comenzado a interesarse y tomar posiciones.
Es en este contexto en el que se enmarca la reunión de Mas con el presidente de SNCF, aunque desde la Generalitat se recuerda que representantes de la compañía francesa, y otras europeas, ya han mantenido encuentros en Barcelona para interesarse por el proceso. No obstante, una cosa es la toma de interés, y otra la plasmación práctica de una liberalización muy compleja técnicamente , y que en el caso de las Cercanías de Barcelona como mínimo se aplazará hasta 2016, cuando finalice el contrato-programa que se firmará con Renfe en breve.
De hecho, la reunión de París se produce en un momento de deshielo en las relaciones entre el gobierno catalán y el Ministerio de Fomento. El mejor entendimiento lo ha propiciado, entre otros motivos, el compromiso de inversión en el corredor del Mediterráneo y en los accesos al Puerto de Barcelona, así como una mejor sintonía entre la ministra Ana Pastor y Santi Vila, el nuevo consejero de Territorio y Sostenibilidad (TES) en sustitución de Lluís Recoder.
En este sentido, la falta de un plan fuerte de inversiones de Fomento en una red de Cercanías de Barcelona al límite de su capacidad -el paquete de 4.000 millones que el Gobierno Zapatero prometió en 2009 se los llevó la crisis- es lo que ha impedido que el contrato con Renfe no se firmase antes.
El nuevo contrato con Renfe, acompañado de inversiones, podría firmarse en semanas
Ahora mismo, reconocen fuentes del Govern, se están ultimando los detalles con Fomento de un compromiso de inversión -«un plan realista dada la situación actual», se asume- que acompañará la firma de la renovación con Renfe. Inversiones puntuales en puntos negros o la posibilidad de algún desdoblamiento concreto en la R3 (Barcelona-Vic-Puigcerdà) son algunos de los compromisos que el Govern espera arrancar de Fomento.
En paralelo, el propio contrato-programa definirá lo que la Generalitat señala como un «cambio en las reglas de juego», como la opción de sancionar a Renfe si se incumple el contrato, mejoras en el servicio de atención al usuario, el desarrollo de unas Cercanías propias en Lleida, Girona y Tarragona, y también, la posibilidad de segregar y ceder a otra operadora alguna línea en particular si se produce un incumplimiento del servicio.
200 trenes; 806 servicios
Así las cosas, y a punto de firmarse la renovación con Renfe hasta diciembro de 2015, la imagen de una compañía francesa, o alemana, o incluso los Ferrocarrils de la Generalitat (FGC), operando las Cercanías de Barcelona es más bien una ilusión. El presidente de Renfe, Julio Gómez Pomar, advertía esta semana de que la sustitución de un operador nacional de transporte ferroviario por otro internacional «es extremadamente delicada y compleja». Ciertamente lo es.
Renfe opera cada día 806 servicios de Cercanías en Barcelona con 200 trenes que son de su propiedad, y nadie imagina a otra compañía llegando con su propio material a sustituir al de la operadora española, más aún si la firma es extranjera, con convoyes de ancho europeo en una infraestructura que es de ancho ibérico. «La posibilidad de un cambio pasaría bien por que Renfe alquilase sus trenes al nuevo prestador del servicio -lo que la propia compañía ha admitido que contempla para facilitar el proceso general de liberalización-, bien por que se diese algún tipo de acuerdo político por el que Fomento cediese a la Generalitat el parque móvil en compensación por inversiones no realizadas u otro concepto», señalan a ABC fuentes del sector.
Sea como fuere, esto es por ahora política ficción. Para bien o para mal, Renfe, víctima como los usuarios de una infaestructura deficiente, seguirá prestando el servicio de Cercanías en Barcelona, al menos hasta 2016.
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