sociedad
El oso pardo amplía sus dominios
El cálculo más fiable habla de la existencia de unos 210 plantígrados en el norte de España
j.m.ayala
La aparición en la provincia de Zamora, concretamente en La Carballeda, de un oso pardo por primera vez en décadas, y el temor que ha provocado otro ejemplar en Robles de Laciana (León) tras comerse al menos 14 ovejas, ha hecho que este ... plantígrado, al borde de la extinción no hace mucho, retome el protagonismo perdido. Y es que el trabajo de las administraciones y de la fundación que vela por su cuidado ha dado sus frutos y ha permitido que al menos el censo de osas con crías -fórmula utilizada para medir la población- se haya triplicado en la Cordillera Cantábrica en apenas veinte años. A falta de unos datos que nunca acaban de ser definitivos por la dificultad para encontrarlos y distinguirlos, el cálculo más fiable habla de la existencia de unos 210 osos en el norte de España, principalmente en Cantabria y Castilla y León y en menor medida en Asturias y Galicia. A ellos habría que añadir las escasas 25 cabezas que restan en el Pirineo.
Con 30 hembras y 60 oseznos estimados y en un año «muy bueno», según el presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero , uno de los factores que ha permitido su recuperación es la constatación de que han ampliado su territorio, lo que favorece el cruce genético. En los últimos tiempos han sido cada vez más habituales los avistamientos de osos pardos en los corredores que separan sus dos «poblados» principales -el occidental, mayoritario, y el oriental- separados por escasos kilómetros, y en otros puntos menos «naturales», como Burgos o cerca de la costa cantábrica.
Otro elemento positivo es el hecho de que socialmente existe una mejor percepción del animal. Sin embargo, capítulos como el que se vive estos días en Robles de Laciana complican algo la situación. La presencia de ejemplares en sus montes es habitual, pero no lo es tanto su entrada en los pueblos en busca de carne. En este caso, el ejemplar incluso habría llegado a atacar una cuadra para comerse una oveja. «Dicen que no hace nada a las personas, pero la gente tiene miedo», señala Víctor Gutiérrez, propietario de una vaca a la que, asegura, el oso hizo despeñarse cuando estaba pariendo.
Cada día más común
Más agradable y menos polémica ha generado la insólita aparición de un ejemplar en la provincia de Zamora . Fue un apicultor -al que nadie creía- el que avisó de que un oso comía de sus colmenas. Un dispositivo de vigilancia facilitado por la Junta de Castilla y León y la insistencia del propietario de la miel permitieron captar una imagen del especimen, que seguro volverá en los próximos días a la misma zona para alimentarse.
Palomero explica que a veces se dan estos casos porque el ejemplar ve un recurso de comida de fácil acceso, aunque también aboga por «tomar medidas» para impedir «los daños». En su opinión, en ambos casos se trata de ejemplares «exploradores» que realizan «grandes desplazamientos» debido a que la población «ha aumentado» y explica que «suelen volver a su lugar de origen». Mientras, desde el Gobierno de Castilla y León se pide tranquilidad, aunque también augura que la presencia de osos en zonas habitadas será cada día más común.
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