Quiero conocer a mis padres biológicos

No se trata de un derecho como tal que de oficio ejerza la Junta de Castilla y León, sino que los que opten por esta vía, que es gratuita , deben pasar por una fase previa que incluye el asesoramiento , con el fin de evitar «sorpresas o engaños» ante posibles situaciones idílicas que se pueden haber forjado, han referido a Efe fuentes de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades.

Castilla y León tiene una de las normativas más avanzadas en esta materia y ya anticipó este derecho de los adoptados a conocer sus orígenes en la Ley de Protección de la Infancia de 2002 , en la que fue la primera normativa autonómica que recogió esta vía, que luego desarrolló con sendos decreto y orden en 2005 y 2008.

El Estado no reguló este derecho hasta 2007 aunque no se ha avanzado mucho ni cuenta con un desarrollo específico, lo mismo que ocurre en la mayoría de las autonomías.

La Junta de Castilla y León lleva desde 1988 tramitando adopciones, por lo que los primeros adoptados ya han llegado a su mayoría de edad y pueden interesarse por sus orígenes, aunque por el momento los servicios de la Consejería no se han visto desbordados, y se encuentran con un goteo de tres casos en 2008, uno en 2009, seis en 2010 y 2012 y tres en 2012.

Entre 1988 y el 2012 el Gobierno autonómico ha tramitado 1.259 expedientes de adopciones nacionales , que son los potencialmente usuarios de este servicio.

Esta vía se ha planteado además como una posible salida para el caso de los bebés robados , aunque desde la Consejería han advertido que antes de 1998 eran las diputaciones provinciales las encargadas de tramitar los procesos de adopción, por lo que son ellas las que tienen los expedientes administrativos.

No obstante, las personas adoptadas en Castilla y León pueden acceder al servicio de información que ofrece la Consejería, en el que se les informa y orienta sobre dónde está su expediente . Es más un servicio de «mediación» que ha intervenido en una búsqueda de un expediente del año 87, relativo a un caso que tenía un error de código en una historia clínica.

Los que quieran conocer sus orígenes deben pasar por sesiones de orientación con psicólogos, trabajadores sociales y abogados , con el fin de preparar a los jóvenes sobre lo que se pueden encontrar.

A este proceso de asesoramiento han llegado esos 19 jóvenes en estos cinco años, de los que trece son chicas y seis chicos , con una edad media de 20 años , de los que trece han decidido no continuar con el proceso de búsqueda de sus orígenes o hacerlo más adelante, y sólo en seis casos han solicitado el servicio de mediación para localizar y encontrarse con algún miembro de su familia biológica.

Aunque en un principio el servicio se planteaba también para posibles problemas de salud y poder conocer sus antecedentes genéticos , lo cierto es que todos los que se han dirigido a este servicio «lo han hecho por la curiosidad de saber sus orígenes . Quieren conocer quiénes son sus padres », según han recalcado desde la Consejería.

También se han dado otros dieciocho casos en sentido inverso, de familias biológicas que quieren conocer a dónde han ido a parar sus hijos o nietos o que quieren dejar algún tipo de legado.

En este caso, se hace una anotación registral al respecto en el expediente del niño para que si, en un futuro, quisiera conocer sus orígenes sepa que en algún momento su familia biológica se interesó por él. De lo contrario, no se le dice nada al niño adoptado, ya que podría generar algún trauma o inquietud.

Desde la Consejería se insiste en la utilidad de este servicio, llevado por profesionales, para evitar que los jóvenes tengan que acudir a los medios de comunicación a buscar sus orígenes, en un proceso que puede provocar muchos problemas independientemente de la «emoción que se pueda generar» o para evitar casos como los que se han producido en Inglaterra en los que la búsqueda ocultaba instintos asesinos o busca de culpables.