Viviendo en San Borondón
Aprovechando a Cristóbal Colón
Cabe recordar que Gran Canaria fue de los pocos lugares en el mundo donde no se rememoró el 500º aniversario de su muerte
José Fco. Fernández Belda
Si hay algo claro a estas alturas del siglo es que para desaprovechar las oportunidades de promocionar actividades turísticas distintas de las que afectan al negocio de la construcción, que ahora los políticos quieren seguir subvencionando llamándolo «renovación de la planta obsoleta» , no ... hacen falta enemigos exteriores, nos basta y nos sobra con el Cabildo Insular de Gran Canaria.
Desde que Matías Vega Guerra encargara a Néstor Álamo acondicionar lo que hoy es la espléndida realidad de la Casa de Colón, salvando los tenaces y perseverantes esfuerzos de Jesús Gómez para recuperar la réplica de la carabela «La Niña» para la ciudad y para la isla, el aprovechamiento turístico del Almirante de las Mares Océanas don Cristóbal Colón, ha sido prácticamente nulo.
Curiosamente, sobre esas tres personas que quisieron a su isla de nacimiento con locura, parece querer echarse un tupido velo de indiferencia, mientras se recuerda con provinciano orgullo a quien sólo nació aquí, pero desarrolló su obra literaria de incalculable valor bien lejos de Canarias: don Benito Pérez Galdós.
Cabe recordar que Gran Canaria fue de los pocos lugares en el mundo donde no se rememoró el 500 aniversario de la muerte del Almirante. En los últimos años, las autoridades no se atreven a realizar cada 12 de Octubre la tradicional ofrenda floral en la Alameda de Colón. Sólo acuden allí grupúsculos muy politizados, de nombres con más siglas que miembros activos, llenando ese día el monumento con fotos del Che Guevara, Tupac Amaru, gánigos supuestamente guanches, etc. Hasta colocan el retrato de la niña Belén María, que como ellos proclaman, fue una mártir por la liberación de los pueblos oprimidos y de las américas.
Ahora el Cabildo ha resucitado la memoria colombina para proteger un paraje en el que, según algunos, desembarcó para hacer aguada y avituallarse de provisiones para el viaje. Como escribió el profesor Rumeu de Armas al prologar la obra «El Almirante de la Mar Océana», de Néstor Álamo, es como si dentro de 500 años alguien dijera que la 5ª Flota Americana fondeó en Playa del Inglés para esos menesteres. Aunque no me cabe la menor duda de que Colón recaló por esas tierras sureñas , sus motivos fueron bien otros.
No hay nada menos democrático que dictar resoluciones contra alguien y no haciéndolo en términos generales. Llevando hasta sus últimas consecuencias la insólita declaración del palmeral como zona BIC, utilizando torticeramente a Cristóbal Colón, pudiera conducir a lo que un lector escribió al pie de la noticia, que también había que declarar bien cultural y proteger las aguas por las que navegó el por entonces aspirante a Almirante de las Mares Océnas.
Mientras los especialistas deliberan, durante tres o cuatro años de reuniones y dietas devengadas, habría que paralizar cualquier proyecto de puerto deportivo, no fuera a ser que a Colón se le hubiera ocurrido darse un bañito en aquella zona.
Mientras tanto, hay personas que no dudan en aprovechar la figura colombina para ganarse la vida honradamente. En los aledaños de la Casa de Colón, una señora ataviada con vestimenta antigua muestra a los turistas un enorme huevo en la mano. Muchos nos hemos sacado una simpática foto con ella mientras sonreíamos al recordar aquella celebérrima portada de La Codorniz en la aparecía un enorme huevo y un texto, que adaptado al día de hoy, podría haber dicho: «Este es el huevo de Colón, en los próximos años el Cabildo pondrá el otro»…
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