El gobierno canario se equivoca en su plan turístico

Y lo hacen a sabiendas de que dicho concepto de sol y playa, que es en definitiva a lo que se refieren con eso del clima, es —según los responsables (?) que lo han ideado— volver a los orígenes de la promoción turística de Canarias. Claro está que, para volver a cualquier parte, antes deberíamos haber llegado a algún lugar. ¿Y hemos llegado realmente?

Se supone que nuestra misión en esta travesía del desierto que es la pura y dura competencia turística, iba dejando atrás lo del sol y playa para acomodarnos a otros reclamos más acordes con las necesidades y exigencias del nuevo perfil del turista; un turista que ya no es el mochilero ni el maletero que no tiene ni un euro para gastar; sino más bien aquel que viene buscando una alternativa, o si se prefiere, una oferta complementaria que contenga un cierto valor añadido, y que tiene necesariamente que estar vinculado no solo al ocio, la gastronomía, la cultura y la naturaleza, que también, sino que debe encuadrarse en unos parámetros donde destaquen la calidad, la profesionalidad, el paisaje y la seguridad; y, todo ello, enmarcado en un perfecto equilibrio donde prevalezca por encima de todo el respeto al medioambiente.

Para más inri, los responsables del turismo de Canarias antes de dar, según ellos, este trascendental paso en el lanzamiento de una campaña donde el concepto de sol y playa resulte innovador (?) lo han presentado a los miembros del Consejo Canario de Turismo, que tiene guasa la cosa; y, por lo visto, lo han hecho con la intención de “recargar pilas física y emocionalmente para afrontar la vida con ánimo renovador” Si alguien lo entiende, que me lo explique, además de que me aclare si para llegar a esa conclusión filosófica-turística hacen falta 16 millones de euros.

Lo único que queda claro del plan de marketing es que es urgente y necesario establecer la necesidad de realizar un esfuerzo adicional en determinados mercados extranjeros tales como Rusia, Polonia y Francia principalmente; utilizando para ello una estrategia mucho más clara y específica que la seguida hasta ahora.

Precisamente, ha sido en el mercado francés donde se ha intentado imponer una táctica de diversificación con el objetivo de aumentar el número de visitantes procedentes de dicho país ya que, de los casi 9 millones de turistas que recibimos en España, Canarias apenas si acoge algo más de 200.000; por lo que se anda detrás de intentar intercambiar experiencias profesionales entre los diversos actores que intervienen en el sector turístico, además de implementar el aprendizaje en las escuelas canarias del idioma francés; todo ello encaminado a elevar la calidad global de la oferta turística que debe ofrecer el destino Canarias.