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PECADOS CAPITALES

La Pasionaria de Rivas

Lo de Tania Sánchez ya no se resuelve en una tertulia

Mayte Alcaraz

Tania Sánchez llegó al grupo parlamentario de IU en la Asamblea como quien aterriza en Marte. Los viejos del lugar desconfiaron de ella. Más cuando decidió hace tres años ennoviarse con Pablo [Iglesias], el asesor externo del grupo, que tenía una tele trotskista llamada «La ... Tuerka» desde donde sacudía a los partidos democráticos y abrazaba regímenes sanguinarios como el cubano. Desde ese día, muy pocos se fiaron de ella. De hecho, muchos de sus compañeros denunciaron su doble juego: entregar, al cabo, la coalición a Podemos. Y, además, le echaban en cara su obsesiva presencia en las tertulias televisivas. Arrancó en Intereconomía con reducidas audiencias hasta que se hizo hueco en las mayoritarias Sexta y Telecinco. Cuando coincidí con ella nunca ocultó su convencimiento de que los platós televisivos eran vitales como plataforma para la construcción del pensamiento político (sic). Le rebatí con que eran de bajo nivel y me invitó a colarme en la Asamblea y asistir a alguno de los que allí se celebran. Nunca supo explicarme si ella, diputada muy activa en la tribuna de la Cámara de Vallecas, se sentía responsable también de la baja intensidad de las intervenciones parlamentarias.

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