Zelenski pide a los europeos que aceleren la entrega de armas

En términos de lo que se ha discutido en este Consejo, el principal acuerdo es confirmar la solidez del compromiso europeo de apoyo a Ucrania frente a la agresión rusa y la entrega de un millón de obuses de artillería modernos al Ejército ucraniano. Algunos dirigentes eran partidarios de aceptar que este mismo año se inicien las negociaciones de adhesión de Ucrania, siquiera como elemento simbólico, para reforzar la política de apoyo a los ucranianos. También se ha estudiado la fórmula de colmar los «agujeros» por donde Rusia logra eludir las sanciones financieras occidentales.

Zelenski ha agradecido la decisión europea de enviar munición para los cañones que ya le habían proporcionado con anterioridad y para los que no tiene medios para fabricar obuses porque son distintos a los que han usado sus militares, pero ha pedido también que se acelere el envío de otros medios militares, además de los carros de combate Leopard que están llegando a cuentagotas. El presidente ucraniano ha insistido en que es necesario que le proporcionen el mayor número posible de cazabombarderos para tratar de establecer una superioridad aérea en la guerra, algo que Rusia no ha sido capaz de imponer hasta ahora. Y les ha dicho que seguir retrasando estos envíos no hará más que prolongar el conflicto y el sufrimiento de los ucranianos. Por ahora, Polonia y Eslovaquia han anunciado que enviarán sus aparatos de fabricación rusa, pero Zelenski ha insistido en que no se cierre la puerta a la entrega de aviones de fabricación occidental, a pesar de que ello requeriría un periodo de formación para los pilotos que han de utilizarlos.

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Eslovaquia, que es el primer país que ha entregado a Ucrania cuatro de sus cazabombarderos MiG-29, intentó este jueves que se añadiesen tres millones y medio de euros al fondo utilizado para comprar armas para Ucrania. La cantidad puede parecer minúscula, teniendo en cuenta que la operación de las municiones de artillería asciende a 2.000 millones y por ello unos 20 países miembros respaldaron la propuesta, pero no logró el apoyo de los países grandes, que prevén que pueda necesitarse también en otros escenarios distintos en los que ellos tienen intereses, en África, por ejemplo.

Los dirigentes europeos han apoyado de todos modos los planes para que todos los países que tengan capacidad para ello aumenten su producción de armas, teniendo en cuenta que las entregas a Ucrania han agotado la mayor parte de las reservas estratégicas de los ejércitos europeos. La mayoría de países se ha asociado para gestionar compras conjuntas y, según fuentes diplomáticas, España debería anunciar que se suma a este grupo antes del lunes, cuando se hayan completado «ciertos trámites burocráticos» en el Ministerio de Defensa.

El primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel, había introducido a su llegada una curiosa teoría según la cual los europeos podrían alentar a Estados Unidos y a China a elaborar una propuesta conjunta para detener la guerra y que, en caso de que lograsen elaborarla, «la aceptarían tanto Rusia como Ucrania», pero la idea no parece que haya tenido gran éxito. Europa no tiene una política común hacia China, ya que muchos países tienen intereses divergentes con el gigante asiático y desde luego Estados Unidos no parece predispuesto ahora a adoptar una dirección en este sentido. En cuanto a Ucrania, justo después de hablar con los dirigentes europeos y garantizarse que continúa el flujo de ayuda militar, Zelenski anunció una contraofensiva en la batalla de Bajmut.

Guterres tal vez haya sido más receptivo a este tipo de gestos, aunque lo que más le interesaba era la renovación del acuerdo para permitir la exportación de cereales ucranianos a través del mar Negro para garantizar el suministro de alimentos en los países pobres de África y Oriente Próximo. «Estamos en un momento crucial. En muchos países en desarrollo, hay una combinación de factores que está llevando a una situación dramática, una 'tormenta perfecta'», advirtió el líder de la ONU.

«En lugar de avanzar, estamos retrocediendo en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con más hambre, más pobreza, menos educación y atención sanitaria en muchas partes del mundo. Y está claro que nuestro sistema financiero internacional no está adaptado para afrontar semejante desafío», afirmó Guterres. «Contamos con la Unión para liderar las transformaciones necesarias para que seamos capaces de volver a la senda» de los objetivos de desarrollo sostenible.