La última palabra sobre el alto el fuego en Gaza la tienen Netanyahu y Sinwar
En la hoja de ruta que hizo pública el presidente de EE.UU. la primera fase está clara y establece un alto el fuego de seis semanas
Netanyahu: «No habrá un alto el fuego en Gaza hasta que Hamás sea destruido»
España se une a EE.UU. y otros países para pedir un alto el fuego en Gaza y la liberación de los rehenes
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu
Israel y Hamás, Hamás e Israel ofrecen señales que invitan a pensar que podrían aceptar el alto el fuego aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU, pero la guerra sigue y durante toda la jornada los mediadores, Qatar y Egipto, no recibieron ... ninguna confirmación oficial. Antony Blinken concluyó su octavo viaje a Israel de los últimos ocho meses y abandonó el país con la respuesta positiva de Hamás a la hoja de ruta y con el compromiso de Benjamín Netanyahu de aceptarla, según afirmó el secretario de Estado estadounidense, que siguió su gira regional en busca de apoyos para el alto el fuego en Gaza en Jordania. De hecho, Hamás también comunicó su decisión a los Gobiernos de Qatar y Egipto, según Axios.
A media mañana fueron los islamistas a través de Sami Abu Zuhri quienes movieron ficha. Blinken había pedido en varias ocasiones a Hamás que aceptara la hoja de ruta y Abu Zuhri declaró a la agencia Reuters que el grupo está listo para comenzar a negociar. Blinken calificó esta respuesta de «señal esperanzadora», pero recordó que la decisión final está en manos de Yahya Sinwar, líder del grupo dentro de Gaza cuya palabra «es la que cuenta y es la que no tenemos todavía (…) todo depende de una persona».
En el Estado judío la reacción del Gobierno llegó a través de una filtración de una fuente anónima quien afirmó que «la propuesta permite a Israel cumplir estas condiciones, y así lo hará» e insistió en que «Israel no pondrá fin a la guerra antes de lograr todos sus objetivos: eliminar las capacidades militares y civiles de Hamás, devolver a todos nuestros rehenes y garantizar que Gaza nunca más represente una amenaza para Israel». Esta última idea es la que más repite Netanyahu en sus intervenciones.
Dudas en la segunda fase
Los acuerdos entre Hamás e Israel que han servido para detener anteriores guerras han sido complicados y, muchas veces, cada una de las partes los ha interpretado de manera diferente para adaptar el texto a su relato. En la hoja de ruta que hizo pública Joe Biden la primera fase está clara y establece un alto el fuego de seis semanas en las que se producirá la liberación de los cautivos civiles a cambio de un número sin determinar de presos palestinos.
El gran punto abierto a interpretaciones es la segunda fase del acuerdo, en la que Israel y Hamás deberían llegar a través de la negociación a «un cese permanente de las hostilidades, a cambio de la liberación de todos los demás rehenes que aún se encuentran en Gaza». En esta fase también se produciría «una retirada total de las fuerzas israelíes de Gaza». Los islamistas consideran que esta fase supone el final de la guerra y por eso han dado una respuesta positiva, pero los israelíes consideran que deja la puerta abierta a volver a atacar si esa negociación no llega a buen puerto.
Sobre este punto concreto del final de la guerra, Blinken matizó que «el compromiso al aceptar la propuesta es buscar ese alto el fuego duradero, pero eso tiene que negociarse».
Silencio de Netanyahu
Si a un lado de la verja de separación es Sinwar quien tiene la última palabra, al otro es Netanyahu, no su gran aliado Biden. Sorprenden el rechazo que mostró Israel a su propia propuesta antes de la votación del Consejo de Seguridad y el doble lenguaje que emplea el primer ministro hacia el exterior e interior del país. Los representantes del Gobierno de Washington insisten en que el primer ministro israelí acepta la hoja de ruta, pero Netanyahu no lo dice abiertamente cuando se dirige a los suyos.
Blinken matizó que «el compromiso al aceptar la propuesta es buscar ese alto el fuego duradero, pero eso tiene que negociarse»
Desde que Biden hizo público el plan, todas las declaraciones de los ministros ultranacionalistas del Gobierno israelí se han dirigido a la misma dirección y apuntan a que no están dispuestos a parar la guerra. Si esto ocurriera, amenazan incluso con retirar su apoyo a Netanyahu y esto supondría el final del ejecutivo y de su mandato. La única voz discordante era la de Benny Gantz, quien apoyaba dar prioridad a un acuerdo para liberar a los rehenes. Gantz presentó su dimisión el domingo y culpó a Netanyahu de ser «el obstáculo hacia la verdadera victoria» y con su salida Estados Unidos perdió al gran valedor. Esta hoja de ruta es el último gran intento de Biden de presionar para buscar una salida a la guerra antes de unas elecciones donde le espera Donald Trump, unas elecciones que Netanyahu tiene marcadas en su particular hoja de ruta.