Yoon fracasa en su intento de sabotear el Tribunal Constitucional

Cuatro minutos ha tardado el tribunal en constatar que, en efecto, Yoon no había acudido a la citación, tal y como adelantaron el domingo sus representantes legales, aduciendo la posibilidad de que las fuerzas de seguridad le detuvieran al abandonar su residencia oficial. Allí permanece atrincherado bajo la protección del Servicio de Seguridad Presidencial (SSP) desde que hace un mes impusiera la ley marcial, un autogolpe de Estado que puso a prueba la entereza de la democracia surcoreana y cuyas consecuencias aún hoy amenazan con provocar un enfrentamiento civil.

El Tribunal Constitucional también ha desestimado los intentos del mandatario por sabotear el proceso, al rechazar de manera unánime su petición de recusamiento contra una de los ocho jueces, Chung Kye-su. Los abogados del mandatario habían denunciado que su ocupación en el pasado como responsable de un centro de estudios progresista suponía un sesgo que comprometía la exigencia de un juicio justo. Solventado este primer trámite, la próxima sesión tendrá lugar el jueves, y seguirá adelante con Yoon o sin él, según ha afirmado el presidente de la institución, Moon Hyung-bae. En un plazo estimado de 180 días, el Tribunal Constitucional anulará o ratificará la destitución aprobada por la Asamblea Nacional, lo que obligaría a la convocatoria de elecciones en dos meses.

Para entonces Yoon podría estar ya atrapado en manos de otro brazo de la Justicia. La Policía ha mantenido hoy una tercera reunión interna para organizar la segunda tentativa de arresto, con la pretensión de que resulte definitiva. Esta podría tener lugar en la madrugada de este mismo miércoles, según han indicado fuentes con conocimiento de causa al diario surcoreano 'Korea Herald'. Durante el encuentro, los agentes han ultimado la estrategia para acceder al interior del recinto, convertida en un fortín por el SSP tras repeler la primera acometida el pasado viernes 3 de enero, mediante el empleo de alambre de espino y autobuses a modo de empalizadas.

Esta nueva operación remediará algunos de los errores previos. En primer lugar, contará con más recursos humanos. Hasta un millar de policías acudirán al complejo, mientras que el número de hombres del SSP se estima en la mitad. El asalto podría durar más de un día, y está considerado de alto riesgo dada la presencia de armas de fuego en ambos bandos, así como la movilización ciudadana en el exterior de la residencia. El presidente interino, Choi Sang-mok, alertaba este lunes que «todas las acciones de aplicación de la ley deben llevarse a cabo de manera pacífica y moderada. Bajo ninguna circunstancia deben los organismos involucrados emplear la violencia».

En segundo lugar, los investigadores han aumentado la presión institucional aunque sin llegar a contar con el apoyo explícito de Choi, quien ha rehusado hasta ahora involucrarse de manera significativa. La Oficina para la Investigación de la Corrupción en Altos Cargos (OIC), organismo que dirige las pesquisas, aseguró este domingo haber enviado cartas al ministerio de Defensa y al SSP para exigir su cooperación y advertir de las consecuencias legales de no hacerlo. En ese empeño, podría resultar crítica la dimisión la semana pasada del jefe de los guardaespaldas, Park Chong-jun, cuya renuncia quebró la cadena de mando de una unidad que reporta directamente ante el presidente.

Más allá del caos interno, las amenazas externas continúan haciéndose presentes. Corea del Norte ha disparado esta mañana varios misiles balísticos de corto alcance, el segundo ensayo armamentístico en lo que va de año tras hacer lo propio la semana pasada con un supuesto misil hipersónico. Una de las acusaciones contra Yoon apunta, precisamente, que este podría haber ordenado a la cúpula militar la provocación de un conflicto con el régimen comunista para así justificar la imposición de su ley marcial.

La oficina presidencial, por su parte, ha criticado que el mandatario sea tratado «como el líder de un cártel de Sudamérica». Su jefe de gabinete ha sugerido asimismo que el interrogatorio se produzca en el interior de su residencia oficial. Yoon evitaría así adueñarse de un nuevo récord: el de convertirse en el primer presidente en ejercicio en ser detenido.