La empresa checa InflaTech, que antes de la invasión rusa de Ucrania fabricaba atracciones para niños, provee al Ejército ucraniano con réplicas de armamento. Desde el inicio de la guerra, esta empresa ha producido más de treinta modelos diferentes de tanques, municiones y ... aviones de combate. Entre ellos, los sistemas lanzamisiles Himars, de los que ha fabricado copias exactas estratégicamente distribuidas por el frente con el objetivo de despistar a la Inteligencia rusa.
Estas estructuras inflables, a pesar de su creación bastante improvisada, están cuidadosamente construidas: emiten calor en el mismo punto donde se calientan los motores de los Himars reales para confundir a los sistemas de imágenes térmicas rusos, son visualmente muy refinadas y tienen el mismo tamaño que las originales.
Más de 50 efectivos recién llegados de Kiev ultiman su formación en carros de combate en San Gregorio (Zaragoza), donde llevan cuatro semanas aprendiendo a manejar los esperados Leopard 2A4
Los señuelos, por supuesto, no tienen capacidad de ataque, pero hacen que el oponente tenga que lidiar con su destrucción y ayudan a que la atención rusa se distraiga de otros puntos estratégicamente más importantes.
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