La secretaria del Tesoro de EE.UU. llega a China para rebajar las tensiones comerciales
En plena guerra de los microchips, su visita se enmarca en la recuperación del diálogo entre Washington y Pekín después de sus últimas crisis por Taiwán, el Covid, Ucrania y los aranceles
Biden llama a Xi Jinping «dictador» un día después de la visita de Blinken a Pekín
La secretaria del Tesoro de EE.UU. llega a China
No ha pasado ni un mes desde el viaje a China del secretario de Estado Blinken y otro alto cargo de la Casa Blanca llega este jueves a Pekín. Se trata de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, quien permanecerá hasta el domingo ... para tratar de rebajar las tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo. Después de un lustro de enfrentamientos por los aranceles de Trump primero y luego por la pandemia de Covid-19 y la guerra de Ucrania, la mera recuperación del diálogo ya es una buena noticia, pero ambas superpotencias aún tienen muchos frentes abiertos.
En su primera visita a China, Yellen aterriza en medio de la guerra comercial y de los microchips, que esta semana ha librado una nueva batalla por el anuncio de Pekín de controlar sus exportaciones de galio y germanio, dos metales usados en la fabricación de semiconductores y otros componentes tecnológicos. La medida es una respuesta a las restricciones de Estados Unidos sobre las exportaciones a China de los microchips y el equipamiento de fabricación más avanzado. Aunque Washington las justifica para evitar su posible uso en la industria militar china, dichas limitaciones están frenando el desarrollo tecnológico de Pekín.
A pesar de las denuncias de la Casa Blanca contra las «prácticas coercitivas y no de mercado» de China, intensificadas por una nueva ley antiespionaje que ha puesto la lupa sobre las empresas extranjeras, Yellen es una de las figuras de la Administración Biden más suaves con Pekín. Este año ya ha dejado claro que la intención de EE.UU. no es desacoplarse de China y que «una plena separación de nuestras economías sería desastrosa para ambos países y desestabilizaría al resto del mundo».
Con ese mensaje para tranquilizar a Pekín, Yellen se reunirá estos días con el viceprimer ministro He Lifeng, quien ha sustituido a Liu He como máxima figura económica del régimen. Pero la Prensa oficial china refleja las «pocas expectativas» que hay sobre su visita por lo que considera una «falta de sinceridad» de la Casa Blanca. «Para muchos chinos, los funcionarios de EE.UU., incluida Yellen, repiten que no quieren desacoplarse, pero sus acciones, que van desde los aranceles hasta la represión de empresas chinas y la restricción de suministros de alta tecnología, muestran justo lo contrario», denuncia el periódico «Global Times», altavoz del Partido Comunista.
Por parte estadounidense, tampoco se esperan «grandes avances» en esta visita, según informa la agencia Reuters. Pero solo el hecho de que Yellen pase cuatro días en Pekín y retome la comunicación cara a cara ya es un paso importante tras las últimas crisis entre EE.UU. y China, que viven el peor momento de sus relaciones diplomáticas. A la guerra de los microchips y su enfrentamiento por Taiwán, la isla independiente reclamada por Pekín que es líder mundial en semiconductores, se suman las tarifas arancelarias sobre productos chinos que EE.UU. arrastra desde la época de Trump.
Nuevos límites al acceso
Como ya ha avanzado el presidente del Consejo Nacional de Comercio Exterior, Jake Colvin, el viaje de Yellen «no acabará con los 360.000 millones de dólares (330.000 millones de euros) en aranceles impuestos por el anterior presidente, Donald Trump, ni con los controles a la exportación que han ganado fuerza bajo el actual, Joe Biden».
De hecho, y según avanza «The Wall Street Journal», la Casa Blanca estudia nuevos límites al acceso de compañías chinas a los servicios en la «Nube» de gigantes como Amazon y Microsoft, así como a la inversión de empresas estadounidenses tecnológicas en el país asiático. Todos estos movimientos son contemplados con preocupación en Pekín, cuya recuperación económica tras el fin de las restricciones por la política de Covid 0 va más lenta de lo esperado. A dicha incertidumbre se suma la regresión autoritaria del presidente Xi Jinping, quien se ha perpetuado en el cargo y ha metido la marcha atrás a China frenando su apertura económica y social y enfrentándose cada vez más abiertamente a Occidente.
Pero ni todas estas tensiones ni la rivalidad política entre ambas superpotencias han mermado su comercio bilateral, que volvió a crecer en 2022 por tercer año consecutivo. Mientras China exportó a EE.UU. más de 536.000 millones de dólares (493.000 millones de euros), sus importaciones ascendieron a 154.000 millones de dólares (141.000 millones de euros). Hasta el domingo, Yellen insistirá en la economía para recordar que es más lo que une a EE.UU. y China que la política que los separa.