Suscribete a
ABC Premium

Recuerdos de una vida con la Reina a la sombra de San Pablo

En la City coincidió un multitudinario oficio religioso con los habituales del 'afterwork'

Londres está tranquilo y los punkis también lloran

El mayor reto de Carlos III: ser una figura política, pero no intervenir

Los alrededores de Saint Paul, en Londres Ángeles rodenas
Isabel Gutiérrez Rico

Isabel Gutiérrez Rico

Enviada especial a Londres

Esta funcionalidad es sólo para registrados

No sólo fue el tronar de los 96 cañonazos (uno por cada año de vida de la difunta Isabel II) que, a la una del mediodía del día D enmudeció a miles de personas a la puertas de Buckingham Palace, el sonido que ejemplificó ... una jornada histórica; ni siquiera 'los vivas' al Rey Carlos III y a la Reina (¿Camila?) en cuanto el primogénito de la monarca y su esposa se bajaron del coche a las puertas de palacio para saludar al pueblo y recorrer con la mirada, y unos pocos pasitos, la creciente fila de ramos de rosas, lirios, azaleas, narcisos... que prácticamente agotaron las existencias de flores de Londres. Una estampa, al cabo, que tanto evocaba a aquella de 25 años atrás, cuando era Lady Di la más llorada y la Reina de Inglaterra quien pasaba revista a las flores.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia