Putin responde a la decisión de Occidente de enviar tanques a Ucrania con un bombardeo masivo

En comandante en jefe del Ejército ucraniano, Valeri Zaluzhni, anunció que «el enemigo llevó a cabo 55 lanzamientos de misiles de emplazamiento aéreo y marítimo con cohetes X-101, X-555, X-47, Kinzhal, Kalibr y X-59 desde aviones Tu-95, Su-35, MiG-31K y navíos situados en del mar Negro». Según su informe, la defensa antiaérea ucraniana derribó 47 misiles de crucero, 20 de ellos en la región de Kiev, mientras que tres de los cuatro cohetes guiados X-59 no alcanzaron sus objetivos. El portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana, Yuri Ignat, aseguró que los aviones despegaron desde la región de Múrmansk, en la parte noroeste de Rusia, a una distancia considerable de Ucrania.

El alcalde de Kiev, Vitali Klichkó, informó preliminarmente de explosiones en los distritos capitalinos de Dneprovski y Goloseevski y de la muerte de una persona. La alarma aérea hizo que miles de kievitas se refugiaran en el metro. Corroborando las informaciones de Zaluzhni, el jefe de la Administración militar de la capital ucraniana, Serguii Popko, «Rusia disparó unos 20 misiles de varios tipos contra la ciudad de Kiev, pero, gracias al excelente trabajo de la defensa antiaérea, todos ellos fueron abatidos».

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Según la agencia ucraniana Unian, los bombardeos rusos se extendieron también a las regiones de Odessa, Vinnitsa, Kirovograd, Zapoyiyia y Jersón. El jefe de la Administración militar de Odessa, Yuri Kruk, declaró que los misiles dañaron instalaciones energéticas de importancia mientras que el mismo responsable en Vinnitsa, Serguii Borzov, afirmó sin concretar detalles que el ataque no causó víctimas. En la región de Jersón, sin embargo, se reportaron tres muertos y siete heridos.

El balance provisional de la incursión, según las autoridades ucranianas, habla de once muertos a lo largo de todo el país y el mismo número de heridos. «Once personas han resultados heridas y, desgraciadamente, otras once perecieron», declaró el portavoz del Servicio de Emergencias de Ucrania, Oleksandr Jorunzhi, ante las cámaras de televisión. Según su relato, «los bombardeos se produjeron en once regiones de Ucrania, causando dos grandes incendios y serios desperfectos a una treintena de edificios».

«Hemos reforzado 88 centrales eléctricas para suministrar electricidad a instalaciones de primera necesidad como hospitales», añadió Jorunzhi.

Lo cierto es que, tras los bombardeos, se produjeron cortes eléctricos en Kiev, Odessa y Dnipró. En estas y en otras localidades, entre ellas Krivói Rog, se detuvo todo el transporte movido por energía eléctrica (trenes, tranvías y trolebuses).

Desde el mes de octubre, Rusia ha lanzado sucesivos ataques de gran envergadura con misiles contra infraestructuras energéticas en Ucrania. El bombardeo del jueves, a juicio del jefe de la oficina de la Presidencia ucraniana, Andrii Yermak, busca «sobrecargar» el sistema de defensa antiaérea del país con el objetivo de inutilizarlo o debilitarlo.

La serie precedente de ataques masivos contra Ucrania tuvo lugar el pasado 14 de enero. Entonces, un misil ruso pesado, diseñado para destruir portaaviones, destruyó un edificio de viviendas de nueve pisos en Dnipró con un balance de 46 muertos, el más mortífero perpetrado contra civiles desde el comienzo de la guerra.

Los ataques de este jueves tuvieron lugar al día siguiente de que Estados Unidos y Alemania dieran luz verde al envío a Ucrania de tanques pesados. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, agradeció el suministro de estos ansiados vehículos de combate señalando que «es un paso importante en el camino hacia la victoria». Zelenski, no obstante, ha hecho hincapié en que «la clave ahora es la celeridad y el volumen» en las entregas de tanques.

Para el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, la decisión de enviar blindados a Ucrania demuestra «la implicación directa –de Occidente- en el conflicto y vemos que sigue creciendo». En declaraciones recogidas por la agencia rusa TASS, el secretario del Consejo de Seguridad del Kremlin, Anatoli Pátrushev, uno de los hombres más influyentes del entorno del presidente Vladímir Putin, estimó el jueves que el actual conflicto y los envíos de armas occidentales a Ucrania son «resultado de la guerra híbrida que Occidente viene librando contra Rusia desde hace años».