El presidente de Polonia, Duda, factor decisivo en la formación de gobierno

La Plataforma Cívida de Tusk, por otra parte, cuenta en este punto del recuento con el 25,4% de los votos, que espera sumar al 13,8% de Tercera Vía, una alianza del Partido de los Agricultores con el ex presentador de televisión Szymon Holowni, y el 8% de Nueva Izquierda para sumar 248 escaños en el Sejm. A la espera del final del recuento, que se espera para esta tarde o quizá mañana, debido a la elevada participación electoral del 72,9 por ciento, la aritmética sugiere por ahora una situación de bloqueo.

El método utilizado en Polonia para convertir votos en escaños parlamentarios, el llamado método D'Hondt, favorece al partido más fuerte: con poco menos del cincuenta por ciento de los votos es posible obtener la mayoría de los escaños. Pero puede ser crucial el comportamiento del presidente Andrzej Duda, que es quien da la orden de formar gobierno. Antes del día de las elecciones, se especuló que podría dar tal orden al actual Primer Ministro Mateusz Morawiecki, incluso si el PiS no pudiera encontrar un socio de coalición y con la abstención de Konfederacja, Confederación, en un gobierno minoritario.

Duda, presidente desde 2015, proviene del PiS y es considerado un protegido de Kaczynski que casi nunca ha tomado decisiones contra el partido o el gobierno del PiS. Por eso los críticos lo llaman con desdén «el bolígrafo», sugiriendo que se limita a firmar lo que se le presenta. Si Duda da preferencia al PiS a pesar de las malas cifras, se podría formar un gobierno. Esta posibilidad sería especialmente polémica porque Tusk se precipitó anoche a celebrar la victoria de su tripartito liberal. No menos sorprendente fue anoche que Jaroslaw Kaczynski, que ha sido una de las figuras políticas dominantes de Polonia desde los años 90, no atacase frontalmente a la oposición en sus primeras declaraciones, como es su costumbre.

Por el contrario, se limitó a indicar que se debería esperar a conocer los resultados oficiales de las elecciones y no expresó duda alguna de la fiabilidad de la votación, cuando en los días pasados habían circulado en las redes sociales rumores de fraude. Mencionó la palabra „éxito«, escudado en la posición de partido más votado, y dejó abierta la posibilidad de formar gobierno. Algunos líderes del PiS, detrás de Kaczynski en el escenario, parecían muy contrariados.

En particular, el ministro de Defensa, Mariusz Blaszczak, muy presionado criticado en los últimos días por la sorpresiva dimisión de dos de los generales de mayor rango del ejército polaco. Slawomir Mentzen, una de las principales figuras del partido de la Confederación, se burlaba del líder del PiS, Jaroslaw Kaczynskisich, como si fuera „un recorte de cartón« en esas primeras declaraciones. Su tono era verdaderamente festivo y destilaba soberbia. Al fin y al cabo, este resultado electoral apunta a que sin los nuevos y más radicales ultraderechistas nada funcionará en la política polaca de los próximos años.