La OTAN aprueba el escudo antimisiles para defender su territorio

Para contentar a países que como Alemania han abierto el debate sobre la presencia de armas nucleares en Europa, el documento afirma que se debe reducir la «dependencia de las armas nucleares en la estrategia de la OTAN». Y para hacer lo mismo con los antiguos satélites soviéticos que piensan lo contrario, se dice que el objetivo de cualquier futuro tratado de reducción de armas atómicas «ha de ser llevar las armas nucleares rusas lo más lejos posible de los territorios de los países aliados».

También se incluye la posibilidad de que la OTAN pueda actuar «donde sea posible y cuando sea necesario» fuera de su territorio , allí donde se genere una amenaza para los países miembros, pero se incluye por primera vez y como parte de las lecciones de la misión en Afganistán una dimensión que supone un papel en la reconstrucción civil «como parte de la gestión de crisis».

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen , considera el acuerdo «un momento histórico» que «asegura que la Alianza seguirá siendo más eficaz que nunca en la defensa de nuestra libertad y nuestra seguridad».

El documento incluye una mención expresa al escudo antimisiles que los líderes aliados van a terminar de perfilar en esta cumbre, sobre todo en la reunión que tiene previsto celebrar este sábado con el presidente ruso Dimitri Medvedev , cuya cooperación pretenden. «Desarrollar la capacidad de defender nuestras poblaciones y territorios contra ataques de misiles balísicos es un elemento central de nuestra defensa colectiva que contribuye a la defensa indivisible de la Alianza» y en este campo «buscaremos la cooperación con Rusia y otros socios euro-atlánticos».

No se menciona en ningún caso la fuente de esas posibles amenazas, ni a Irán ni a ningún otro, puesto que, como el secretario general insistió, « existen más de treinta países que tienen, pueden o pretenden tener armas nucleares y que pueden amenazar al territorio euro-atlántico».

La reunión de este viernes, a la que asisten los presidentes o primeros ministros de los países miembros, incluyendo al norteamericano Barack Obama , comenzó con una inusual ceremonia de homenaje a los caídos en las misiones de la OTAN en la que 28 uniformados, uno por cada país miembo, desfilaron ante los mandatarios antes de que se guardara un minuto de silencio.

La elaboración de este documento sobre Doctrina Estratégica fue un encargo de la cumbre del año pasado en Estrasburgo. Las once páginas sustituyen a una sucesión de textos que normalmente eran mucho mas largos o que fueron secretos, para convertirse ahora en una declaración sucinta de principios. Como se esperaba, por primera vez se menciona al terrorismo como un peligro al que una alianza militar debe hacer frente, y se habla de otras amenazas aún desconocidas como «el desarrollo de armas láser, arsenales electrónicos y tecnologías que impidan el acceso al espacio» o incluso «asuntos esenciales medioambientales, escasez de recursos, incluyendo riesgos sanitarios, escasez de agua y aumento de las necesidades energéticas». Se considera que todas ellas «darán forma al entorno de la seguridad en áreas clave para la OTAN y pueden afectar significativamente la planificación de las operaciones».

Todo el arsenal de novedades se han diseñado en un periodo en el que la mayoría de los presupuestos nacionales de los países miembros tienen que hacer frente a recortes más que significativos. Rasmussen dice que la organización es consciente de ello y que en este sentido los aliados van a insistir en políticas de coperación. «Los recortes nos preocupan, pero no excluyen la respuesta a los desafíos globales. Nuestro objetivo es reforzar la cooperación para que se pueda hacer más con menos dinero a través de la cooperación industrial y la financiación común de más proyectos».