La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ha anunciado este viernes que despidió a «varios» empleados acusados por Israel de estar involucrados en el ataque del 7 de octubre cometido por comandos islamistas en el sur del Estado judío.
Y ha añadido: «Decidí rescindir con efecto inmediato los contratos de esos miembros del personal e iniciar una investigación para establecer le verdad sin dilación».
Por su parte, EE.UU. ha anunciado la suspensión de la financiación a la UNRWA «mientras examina las acusaciones», tras el despido. El Departamento de Estado ha dicho estar «extremadamente preocupado» por las sospechas que pesan sobre la agencia.
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, habló el jueves con el máximo responsable de la ONU, Antonio Guterres, «para subrayar la necesidad de una investigación exhaustiva y rápida sobre este asunto«, señala el comunicado, que insiste en que quienquiera que »haya participado en los atroces ataques« debe rendir cuentas.
«UNRWA desempeña un papel crítico en prestar asistencia para salvar vidas a los palestinos, incluyendo alimentos esenciales, medicamentos, refugio y otro apoyo humanitario vital«, precisa no obstante el comunicado.
Y ha agregado: «Su trabajo ha salvado vidas y es importante que UNRWA aborde estas acusaciones y tome cualquier medida correctiva apropiada, incluyendo la revisión de sus políticas y procedimientos existentes«.
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