Rusia machaca Kiev mientras la atención de los socios occidentales se centra en el conflicto de Oriente Próximo
La capital ucraniana sufre su cuarto bombardeo masivo en el mes de junio. Al menos 20 personas murieron y los heridos ascienden a más de un centenar
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Los vecinos de Kiev han pasado otra noche de vigilia impuesta por los proyectiles del Kremlin. La metrópolis fue el epicentro de un nuevo ataque combinado con misiles y drones que cercenó la vida de al menos 20 personas. La ofensiva aérea se extendió ... durante nueve horas. Las tropas de Putin dispararon 472 drones y 32 misiles de distintos tipos. El horizonte de Kiev se desdibujó a medida que las columnas de humo trepaban hacia el cielo.
El ministro del Interior de Ucrania, Igor Klimenko, informó de que 27 puntos de la capital habían sido golpeados. Más de 40 viviendas civiles fueron aniquiladas, según el edil de Kiev. Las explosiones se sucedieron durante la madrugada y el resultado fue dantesco: edificios mutilados y personas heridas bajo los escombros. Muerte y destrucción mientras Moscú se beneficia de la subida de los precios del petróleo que ha provocado el conflicto entre Irán e Israel.
«Anoche fue la primera vez en los últimos tres años y medio que realmente sentí que iba a morir. Fue un infierno puro», manifestó un periodista del 'Kyiv Post' que se encontraba en el distrito de Solomianskyi, el más afectado. La fachada de un inmueble de viviendas de nueve pisos se evaporó dejando un maltrecho esqueleto de hierros y cemento. Este fue el resultado del impacto de un solo misil ruso. Otro edificio fue consumido por las llamas. Y a plena luz de día un vídeo logró captar el momento exacto en el que un dron kamikaze impactaba contra otro inmueble.
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Los Servicios de Emergencia continuaban con sus labores de rescate horas después. Se teme que el número de muertos aumente a medida que se retiran los escombros. El Ministerio de Defensa de Rusia publicó en su canal de Telegram: «Se lograron los objetivos de los ataques. Se alcanzaron todos los objetivos designados». La envergadura del golpe ruso provocó también un empeoramiento de la calidad del aire en la capital del país invadido.
El presidente Zelenski destacó en su mensaje de condena que «Kiev sufrió uno de los ataques más terribles». El bombardeo masivo ruso alcanzó tambén las regiones de Odesa, Zaporiyia, Chernigov, Zhitomir, Kirovogrado, Nikolaev y Kiev.
Sin sanciones a la vista
El mandatario ucraniano volvió a instar a los socios occidentales a presionar a Putin. «Estos ataques son puro terrorismo. Y el mundo entero, Estados Unidos y Europa, deben finalmente responder como una sociedad civilizada responde a los terroristas» manifestó en sus redes sociales. Pocas horas después de este llamamiento, la agencia Reuters informaba que la Administración Trump disolvía el grupo de trabajo encargado de idear las medidas de presión sobre Rusia para acelerar las negociaciones de paz. La existencia de este equipo, que se conformó en abril, no era pública, según la agencia. Uno de los funcionarios dijo, bajo condición de anonimato, que «se fue perdiendo fuerza hacia el final porque el presidente no estaba. En lugar de hacer más, quizá quería hacer menos».
El presidente norteamericano se enteró del último bombardeo ruso sobre Kiev gracias a la pregunta de los periodistas y no realizó ningún comentario. Donald Trump ya había anunciado que no preveía mayores sanciones contra Rusia. Un día antes, el líder estadounidense manifestó ante los socios del G7 que excluir a Rusia del Grupo de los Ocho hace más de diez años había sido un error.
Este martes estaba previsto un encuentro entre Zelenski y Trump en el marco de la cumbre del G7 en Canadá para abordar precisamente las restricciones a Rusia, pero el presidente de Estados Unidos abandonó la reunión de alto nivel de forma anticipada. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, señaló que el cambio de planes se debía a la situación en Oriente Próximo. El jefe de Estado de Ucrania planeaba discutir con Trump la compra de armamento estadounidense y el incremento de las sanciones contra Moscú, junto a los otros socios occidentales.
Las autoridades ucranianas se preparan para una reducción de la ayuda de Estados Unidos mientras Zelenski trata de mantener el apoyo de Washington. «No puedo imaginar y no quiero imaginar... cómo vivir y luchar sin la ayuda de Estados Unidos», manifestó el presidente ucraniano durante su visita a Viena, antes de partir a Canadá.
Kiev afirmó la pasada semana que Washington desvió a sus fuerzas en Oriente Próximo unos «20.000» misiles antidron destinados a Ucrania como parte de un acuerdo con la Administración anterior.
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