Muere Camilo Guevara March, hijo del Che Guevara

El mandatario cubano Miguel Díaz-Canel, al transmitir sus condolencias a la familia, dijo: «Con profundo dolor decimos adiós a Camilo, hijo del Che y promotor de sus ideas, como directivo del Centro Che, que conserva parte del extraordinario legado de su padre».

Camilo nació en 1962 en Argentina. Cuando contaba con apenas cinco años, su padre fue ejecutado en Bolivia, país en el que había iniciado un foco de lucha armada con el objetivo de extender el comunismo en la región. Era Camilo el mayor de los cuatro hijos con la cubana Aleida March, los otros son Aleida (61), Celia (59) y Ernesto (57).

Graduado de Derecho Laboral, Camilo era el director del Centro de Estudios Che Guevara, ubicado en La Habana, una institución dedicada a promover la vida, obra y pensamiento de su padre, cargo que ocupara al jubilarse la viuda del Che. Camilo estaba casado en segundo matrimonio con la venezolana Rosa Aliso.

No obstante, Camilo no era muy conocido ni en Cuba ni en el extranjero; su hermana Aleida ha sido la que generalmente representa a la familia y promueve la labor de su padre.

Tras su muerte, el Che Guevara se convirtió en una leyenda de revolucionario, mito sustentado por la dictadura cubana para promover su «revolución» y lavar su imagen. Sin embargo, existen cientos de testimonios que lo muestran como un asesino. Al llegar Fidel Castro al poder, en 1959, miles de opositores políticos fueron fusilados sin siquiera tener un juicio o después de un juicio sumario sin defensa. Al Che se le vincula con alrededor de cien ejecuciones y fusilamientos en la fortaleza de La Cabaña y en la Sierra Maestra según ha documentado María Werlau en su libro 'Las víctimas olvidadas del Che Guevara'.

Un hombre «sin piedad, un sociópata», así lo catalogó Werlau. «La mayoría de los fusilados no había cometido ningún crimen, solo el de llevar un uniforme (el del Ejército de Fulgencio Batista)», pero el «plan trazado secretamente por la KGB y Fidel Castro» era el de «crear terror con el encarcelamiento y los fusilamientos masivos», dijo Werlau a Efe. «Querían imponer un modelo totalitario» y la única forma de lograrlo era «infundir el terror en la población», agregó.

En sus entrevistas, discursos y textos, el Che también expone su mentalidad genocida y criminal. En Naciones Unidas dijo: «Fusilamientos, sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte». También declaró: «Para lograr regímenes socialistas habrán de correr ríos de sangre y debe continuarse la ruta de la liberación, aunque sea a costa de millones de víctimas atómicas».

Poco después de la crisis de los misiles, en 1962, que casi lleva al mundo a una tercera guerra mundial, afirmó: «Si los misiles hubiesen permanecido en Cuba, los habríamos usado contra el propio corazón de los Estados Unidos, incluyendo la Ciudad de Nueva York».

En otra ocasión expresó: «Hay que acabar con todos los periódicos, pues no se puede hacer una revolución con libertad de prensa».