Todo lo que se sabe sobre los buscas que explotaron en el Líbano

La incertidumbre respecto al cómo explotaron es lo que ha incrementado la ansiedad en el grupo. Hizbolá, bajo orden del líder Hasan Nasrala, optó por dejar atrás los dispositivos inteligentes, como medida en contra de la inteligencia israelí, conocida por su sorprendente capacidad tecnológica, para volver a comunicaciones más rudimentarias, más difíciles de interceptar, al menos, sobre el papel.

Sin embargo, las 37 personas fallecidas y los alrededor de 3.000 heridos en el Líbano evidencian un importante fallo en el grupo paramilitar a raíz de una ofensiva israelí elaborada con paciencia y precisión. El medio estadounidense 'The New York Times' cita, según sus fuentes en Israel, toda una estrategia cocinada a fuego lento para poder atacar a Hizbolá desde sus propios bolsillos.

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La marca taiwanesa Gold Apollo tiene la licencia sobre los dispositivos AR-924 que Israel hizo explotar. Al parecer, por otro lado, responsabilizaron a una empresa con sede en Budapest (Hungría) de su fabricación: BAC Consulting Kft; además de la presunta suministradora de los buscas a Hizbolá.

Sin embargo, el portavoz del Gobierno húngaro, Zoltan Kovacs, negó que dichos dispositivos hubieran estado alguna vez en el país según las investigaciones llevadas a cabo por las autoridades y afirmó que, de esta manera, el caso de los buscas «no supone un ningún riesgo para la seguridad nacional».

Perseguir, entonces, el rastro de los dispositivos resulta confuso: todos se exculpan de la fabricación y señalan a otro lado. Además, en algún momento se debían manipular para poder provocar las mortales explosiones. El 'New York Times' ha puesto de manifiesto el presunto escenario según sus fuentes: La inteligencia Israelí, el Mossad, siempre estuvo detrás.

Israel habría montado un entramado con empresas pantalla que, tras adquirir la licencia taiwanesa de los buscas, puso a BAC Consulting a venderle dichos dispositivos a Hizbolá desde 2022, con la diferencia de que la fabricación de estos era diferente a la del resto de clientes. En los buscas con destino el Líbano había baterías cargadas con tres gramos del explosivo PETN, según explican las fuentes al medio e informa paralelamente la agencia Reuters.

La violencia con la que el ataque sacudió el Líbano provocó un colapso en los servicios médicos, una red ya de por sí endeble. Las primeras consecuencias políticas fueron las palabras que prometen «una respuesta» del representante de Irán ante la ONU, Amir Saed Irwani, al verse implicado en la ofensiva tras quedar herido el embajador iraní en Beirut, Mojtaba Amini.

El líder de Hizbolá, Hasan Nasrala, emitió un discurso televisado en el que admitió haber recibido «un duro golpe» además de calificar el ataque israelí de «crimen de guerra o declaración de guerra».

Por su parte, Israel ha continuado el bombardeo: lanzó el jueves la mayor ofensiva sobre el sur del Líbano desde el inicio de la guerra tras el discurso de Nasrala y el viernes atacó Beirut, todavía sin cifras claras. Toda una escalada de la guerra en Oriente Próximo, cuyo foco se ha desplazado desde Gaza hacia la frontera norte, como indicó el ministro de Defensa, Yoav Gallant.