Giorgia Meloni promete austeridad y asume su fracaso en el control migratorio

La primera ministra calificó al parlamentario de su partido como «irresponsable» y anunció que la comisión de garantías de Hermanos de Italia lo suspenderá del partido, independientemente de lo que decida la magistratura. «Con los miembros irresponsables de mi partido seré rígida», dijo Meloni. El propietario de la armería donde Pozzolo compró el revólver, Enrico Maccapa, manifestó que el diputado ya había comprado otras armas, y justificó la adquisición de la pistola del incidente por temor a un atentado, después del que sufrió Alejo Vidal-Quadras en Madrid.

Meloni planteó la posibilidad de presentarse como candidata a las elecciones europeas de principios de junio, aunque primero debe estudiar si resta tiempo a su trabajo actual.

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Otra de las preguntas más esperadas estaba relacionada con la ley de competencia sobre las concesiones a los vendedores ambulantes y las estaciones balnearias en las playas, sectores en los que hasta ahora han predominado los intereses de grupos de presión. El presidente de la República, Sergio Mattarella, acaba de hacer una seria advertencia al Gobierno para que cumpla con las directivas de la UE, tras señalar que en la ley hay «dudas constitucionales importantes». Giorgia Meloni anunció que «el llamamiento del presidente Mattarella no quedará desatendido; intervendremos en los próximos días».

Reconoció que no ha podido cumplir sus promesas para frenar los flujos migratorios hacia Italia. En 2023 llegaron 155.000 inmigrantes irregulares. «No resolveremos los problemas de los inmigrantes si pensamos en gestionarlos sólo cuando llegan». Anunció que este tema será prioritario para el G-7, que en este año preside Italia. «Todo el G-7 y, predominantemente, Europa deben pensar en África, que es un continente muy rico y víctima de la desestabilización», dijo. Otro tema clave es el de la inteligencia artificial: «Me preocupa su impacto a distintos niveles y, en particular, en el mercado laboral. Nos arriesgamos a un efecto devastador si cada vez se necesita menos gente».

La líder de Hermanos de Italia estimó que el crecimiento italiano en 2024 será superior al promedio europeo, haciendo la promesa de no aumentar los impuestos y recortar el gasto público. «Eso es lo que hemos hecho con la ley presupuestaria, apoyando, por ejemplo, el recorte del coste del trabajo», destacó. Al ser preguntada si el Gobierno adoptará medidas para captar más inversiones en Italia, país poco atractivo para los grandes inversores, aseguró que para ello son necesarias dos reformas: «La reforma burocrática está entre las prioridades de este Gobierno. Pero también la de la justicia. Debemos tener coraje para realizarlas».

Meloni se mostró orgullosa por la decisión de imponer un impuesto sobre los beneficios extraordinarios de la banca, aunque tuvo que dar marcha atrás haciéndolo menos gravoso. Entre la infinidad de preguntas, hubo una sobre los italianos ricos, que poseen 200.000 millones de euros en paraísos fiscales. «La respuesta debe darse a nivel europeo», dijo. «También prevemos una reforma fiscal».

Preguntada por la creciente ola de antisemitismo, Meloni anunció el nombramiento de un general de los carabineros para coordinar esa batalla que, en su opinión, «debe ser a nivel de seguridad, pero el más importante es el cultural». Sobre el conflicto de Oriente Próximo, destacó que trabaja «para evitar una escalada de esta crisis, porque eso podría tener consecuencias inimaginables». Por otro lado, aseguró que el envío de armas a Ucrania es «el único camino para equilibrar las fuerzas en campo». A las tres horas, pidió una pausa: «Señores tengo que ir al baño». Tras una breve interrupción, regresó para responder a las últimas preguntas.