Macron: De monarca absoluto a estrella invitada en un esperpento

La primavera pasada, la esposa de Emmanuel Macron, primera dama nacional, aceptó participar en un capítulo de la nueva temporada de 'Emily in París'. Por entonces, toda iba 'bien' en el Elíseo. Macron no había disuelto la Asamblea Nacional (AN) y seguía siendo el monarca absoluto, con todos los poderes, excepcionales, que concede la V República a sus presidentes.

Un semestre más tarde, el capítulo de 'Emily in París' se estrenará este otoño. La disolución de la AN condenó al presidente a cohabitar con un primer ministro, Michel Barnier, que fue su enemigo político personal durante muchos años. Macron ha perdido casi todos sus poderes, que deberá someter a la aprobación de un jefe de gobierno que pudiera rechazar algunas decisiones que considere improcedentes.

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A la espera de la formación de un gobierno de coalición, entre conservadores, centristas y reformistas, sometidos a la aprobación o censura de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), el partido de Marine Le Pen, Macron ha comenzado su nueva e imprevisible vida inaugurando obras públicas, celebrando aniversarios «sin duda históricos», como decía Borges, haciendo llamadas telefónicas a dignatarios de medio mundo. Sin poder tomar decisiones, abandonado por sus antiguos ministros, cortado el teléfono directo que en otro tiempo unía el Elíseo (residencia presidencial) y Matignon (residencia del primer ministro).

Michel Barnier, el nuevo primer ministro, continúa sus consultas personales para formar gobierno, sin hablar con el presidente. Los ministros en funciones de economía, asuntos exteriores, interior y defensa, solo despachan con Barnier. Y Macron queda al margen de la marcha diaria de los negocios públicos.

En Bruselas, la Comisión sigue esperando que Francia presente un plan de saneamiento del catastrófico estado de las finanzas públicas; pero Macron no tiene nada que decir. Sus ex ministros, por el contrario, repiten que el presidente en funciones es el «único» culpable de la deriva catastrófica de la deuda y los déficit públicos.

En Kiev, Washington y Alemania, gobiernos y militares se preguntan qué «papel» podrá seguir teniendo Francia en la guerra de Ucrania. Macron pudo ofrecer armas, pero las aportaciones económicas francesas a la guerra perdieron pronto una importancia capital y han quedado en cuarentena.

En la Francia profunda, conservadora, muy conservadora o ultra conservadora, el espectáculo de la 'nueva' V República, con un presidente caído del pedestal del monarca absoluto tradicional, inquieta de manera callada y angustiosa. «¿Cómo hemos caído tan bajo?».

El descubrimiento de Brigitte Macron como 'actriz invitada' en una serie de televisión no podrá mejorar la imagen de un presidente convertido involuntariamente en estrella invitada, así mismo, del esperpento político en curso.

'Emily in París' es una serie norteamericana creada por Darren Star, que comenzó a emitirse hace cuatro años. La estrella de la serie, Emily Jane Cooper, es una joven norteamericana, nacida en Chicago, que se instala en París por razones profesionales, descubriendo una gran ciudad, otro país, otra sociedad, intentando adaptarse a su nueva situación personal y amorosa. Aventuras que tienen una lejana proximidad con las aventuras y desventuras de la pareja Macron, instalada en el búnker del Elíseo.