Los estados indecisos

Para Kamala Harris es esencial obtener el respaldo de Míchigan, Wisconsin y Pensilvania, la llamada 'muralla azul'. La aspirante demócrata recorre palmo a palmo sus distritos. Cerca de Detroit promete vetar la compra de una siderurgia por capital japonés y en Pensilvania anuncia que permitirá el 'fracking' en la extracción de gas y petróleo para preservar los puestos de trabajo. Este último el territorio más vulnerable de la llamada 'muralla azul'.

Harris sabe que debe sumar al menos uno de los demás estados en liza. De entre ellos, Arizona (muy afectado por la inmigración irregular) y Georgia se inclinan por Donald Trump, pero en Nevada los sindicatos podrían dar la victoria a los demócratas. En Carolina del Norte hay señales de un giro hacia Harris. Mark Robinson, vicegobernador republicano y actual candidato a gobernador, está envuelto en un escándalo por sus declaraciones a favor de la esclavitud. Trump sin duda se arrepiente de haberlo comparado con Martin Luther King.

Además de estos siete estados, por primera vez Florida y Texas podrían cambiar su voto a favor de los demócratas, un triunfo con el que algunos sueñan. En Florida, el debate sobre una nueva regulación del aborto pone a Trump en una situación difícil, porque su postura personal es mucho menos restrictiva que la de los republicanos locales. Harris tiene una ventaja del 18% en el voto de las mujeres, una brecha que podría crecer. Quedan cinco largas semanas. En los estados indecisos los equipos de los candidatos conviven mal con la espera, la cámara lenta de una moneda al aire.