El jefe de Wagner amenaza con retirar a sus mercenarios de Bajmut: «Están muriendo para que ustedes puedan engordar en sus oficinas con muebles de caoba»

Prigozhin también ha criticado duramente al ministro ruso de Defensa y al jefe del Estado Mayor General

El Grupo Wagner propone parar la ofensiva en Ucrania y concentrarse en defender los territorios ya ocupados

Captura de pantalla del vídeo en el que el líder de Wagner carga contra las autoridades rusas AFP | rc

Rafael M. Mañueco

Corresponsal en Moscú

El jefe de los mercenarios rusos del Grupo Wagner, Evgueni Prigozhin, publicó la pasada noche en su canal de Telegram un vídeo rodeado de decenas de cadáveres ensangrentados, que asegura son de sus hombres, arremetiendo duramente contra el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, y ... contra el jefe del Estado Mayor General, Valeri Guerásimov, a quienes acusa de ser los culpables de las enormes bajas que sufren los Wagner en Bajmut, epicentro de los combates en la región de Donetsk, por no disponer de la munición necesaria.

«Estos son los muchachos que murieron hoy –refiriéndose a este jueves 4 de mayo-, la sangre aún está fresca», afirma Prigozhin en la filmación soltando un grito de indignación. Asegura que sus unidades de paramilitares «carecen de munición en un 70%» y, si hubieran recibido los cartuchos y proyectiles «según la norma establecida», el número de bajas hubiera sido «cinco veces menor».

Además, Prigozhin amenaza con retirar a su hombres del frente el 10 de mayo, en caso de que la situación se perpetúe.

«Vinieron aquí como voluntarios y están muriendo para que ustedes puedan engordar en sus oficinas con muebles de caoba», subraya el cabecilla de los Wagner, empleando contra Shoigú y Guerásimov todo tipo de insultos y palabrotas obscenas. No es la primera vez que Prigozhin denuncia la penuria de pertrechos en el frente de Bajmut, ciudad que intentan sin éxito capturar desde el pasado verano. Kiev asegura que en los combates en esta irreductible localidad se cobran a diario la vida de varios cientos de combatientes rusos, de mercenarios fundamentalmente. Prigozhin ha admitido varias veces que los Wagner sufren «serias» pérdidas, pero nunca ha facilitado cifras concretas.

Pilas de cadáveres

La semana pasada, Prigozhin advirtió que, de seguir la actual situación de abultadas bajas y déficit de municiones y armas, retiraría a sus hombres de Bajmut. «Cada día tenemos pilas de miles de cuerpos que metemos en ataúdes para mandarlos a casa», le dijo en una entrevista al bloguero próximo al Kremlin, Semión Pégov. Advirtió también que, según todos los indicios, las fuerzas ucranianas preparan una poderosa contraofensiva. Según sus palabras, «han reunido ya muchos efectivos y material».

En relación con el ataque con drones contra el Kremlin del miércoles, Prigozhin se refirió este jueves a quienes dentro de Rusia exigen ya el uso de armas atómicas tácticas contra Ucrania señalando que «el uso de armas nucleares en respuesta a un dron, por supuesto, está fuera de discusión (...) parecemos payasos que amenazan con una bomba tan letal en respuesta a un dron de niños». Entre quienes proponen acabar con el país vecino haciendo uso de armas de destrucción masiva están el ex presidente ruso, Dmitri Medvédev y el antiguo jefe de la agencia espacial rusa, Roskosmos, Dmitri Rogozin.

Un dron ucraniano atacó esta mañana la refinaría de petróleo de Ilski, en la región de Krasnodar

Mientras tanto, según informa la agencia rusa TASS, un dron ucraniano atacó esta mañana la refinaría de petróleo de Ilski, en la región de Krasnodar, objeto ya el miércoles de otra incursión con aparatos volantes no tripulados disparados por las fuerzas ucranianas. De nuevo hoy se ha declarado un incendio en la planta, contra el que luchan ahora mismo los bomberos mientras se evacúa al personal. No se han reportado víctimas por el momento.

Kiev, por su parte, ha reconocido que el dron que fue derribado este jueves hacia las ocho de la tarde sobre el cielo de Kiev era propio, no ruso. Una nota oficial señalaba que el aparato, un Bayraktar de fabricación turca, quedó fuera de control y, «para evitar consecuencias no deseables», se decidió abatirlo. «Probablemente, estamos hablando de un mal funcionamiento técnico, se están estableciendo las causas», decía el comunicado. El dron cayó sobre un edificio de cuatro pisos de oficinas y para uso comercial situado en el distrito Solomenski, en la parte oeste de Kiev, provocando un incendio que fue rápidamente sofocado. La onda expansiva de la explosión al impactar los fragmentos incandescentes del dron con la planta baja dañó los escaparates y la fachada del inmueble. No obstante, según el alcalde de la capital, Vitali Klichkó, no hubo víctimas ni heridos.

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