El futuro de los asentamientos incendia el proceso de paz
Netanyahu y Abbás se encontrarán de nuevo este martes, pero existe la sensación de que todo puede estallar en cualquier momento
A falta de 24 horas para la reunión de Sharm el Sheij (Egipto) que este martes, 14 de septiembre , sentará a negociar cara a cara a palestinos e israelíes tras su breve encuentro en Washington el pasado día 2, existe la sensación de que ... todo puede estallar en cualquier momento.
Este fin de semana la prensa local se apresuraba ya a hablar de “ruptura” a cuenta del profundo desencuentro que separa a las partes sobre qué asunto tratar en primer lugar. Israel quiere abordar la cuestión de su seguridad. Los palestinos, empezar por las fronteras de su futuro Estado.
Hoy, la brecha se agiganta después de que el primer ministro judío, Benjamin Netanyahu, diera anoche las primeras pistas claras sobre qué va a hacer en torno al asunto crucial que amenaza estas conversaciones: los asentamientos.
2.000 casas nuevas por año
No va a haber congelación, dijo Netanyahu al enviado de la UE, Tony Blair, pero tampoco una construcción masiva en las colonias. “Hay un camino intermedio, -explicó a sus colegas del partido Likud-, entre el cero y 20.000 viviendas”. En definitiva, que va a llegar a Sharm el Sheij a certificar que se recupera el ritmo de obras de su antecesor, Ehud Olmert, con una media de 1.500-2.000 nuevas casas edificadas por año, fundamentalmente en los grandes bloques de asentamientos y los de Jerusalén Este.
Los palestinos han repetido que en ese caso abandonarán el diálogo , sin duda animados por las palabras este sábado de Barack Obama, que instó a Tel Aviv a prorrogar la moratoria a la construcción en las colonias que expira el 26 de septiembre . Radio Israel difunde hoy que el equipo norteamericano “trabaja febrilmente” por sofocar un desastre, salvar la cita de mañana y procurar incluso que sirva para “avanzar” en la negociación.
Para Netanyahu, la ecuación de los asentamientos representa una fricción segura no sólo con los palestinos, sino también con los colonos. Por ello, en los meses que han precedido a la apertura de este proceso, el primer ministro judío ha tratado por todos los medios de convencer a EE.UU. de que la preocupación por la congelación o por el desmantelamiento de colonias salvajes debía aparcarse, porque a su juicio desvía el proceso de sus verdaderos objetivos.
La culpa es de George Mitchell
Siguiendo la táctica que ya empleó en su día Ehud Barak, Netanyahu intentó hacer ver a Obama el mismo día de la cumbre de Washington que no podía desperdiciar su limitado poder político en frenar las colonias, cuando necesitaba ese mismo poder para conseguir sacar adelante un acuerdo en el que, de cualquier forma, la mayoría de los asentamientos se evacuarían. Barack utilizó ese truco con los norteamericanos y al final no desmanteló nada.
Para Netanyahu, el culpable original de que este asunto se haya convertido en protagonista y condición palestina para retomar las conversaciones fue George Mitchell . En 2001, el entonces senador presidió la comisión internacional que, por mandato de la cumbre de 2000 en el Shar el Sheij, se encargó de elaborar un informe llamado a estudiar las causas de la Intifada de Al Aqsa y buscar soluciones para el fin de la violencia.
Aquel informe dijo que había que pedir a Israel que parara la construcción de los asentamientos, a la vez que los palestinos desmantelaban su infraestructura terrorista. En 2009, Obama convertiría a George Mitchell en su enviado especial a Oriente Medio.
En su primera reunión con Netanyahu en la Casa Blanca en mayo de 2009, Obama haría de esa demanda su exigencia número uno y el israelí no pudo más que capitular y anunciar después una congelación limitada a la construcción, que expira a finales de este mes.
La cuenta atrás
Ha llegado la hora de la cuenta atrás y en las últimas semanas se han filtrado y barajado diferentes recetas. Entre ellas destaca la “ fórmula Meridor ”, propuesta por el vice primer ministro Dan Meridor, que consistiría en permitir la construcción sólo en los bloques de asentamientos como Gush Etzion o Ma´ale Adumin, que Israel tiene decidido que conservará dentro de sus fronteras bajo cualquier acuerdo.
En vísperas de la cumbre de Washington trascendió que Netanyahu había ofrecido prolongar la congelación unos cuantos meses, durante los cuales habría que alcanzar un acuerdo final en cuanto al intercambio de tierras. En todo caso, las obras estarían autorizadas en ese periodo en áreas “designadas bajo control israelí”.
Asimismo, la prensa apuntó que en EE.UU. llegaron a plantearse esquemas mucho más arriesgados, como la posibilidad de que los colonos podrían permanecer en el futuro sobre el terreno como ciudadanos israelíes bajo soberanía palestina , con lo que, entonces, no habría necesidad de evacuarlos de los asentamientos. En cualquier caso, Netanyahu pidió a Obama posponer la implementación de cualquier acuerdo sobre las colonias a una fase posterior, que siempre se hiciera de forma gradual y a lo largo de varios años.
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