Luz verde de la UE para la adhesión de Ucrania con Orbán fuera de la sala

Los Veintisiete inician las negociaciones a pesar del empeño del primer ministro húngaro por mantener el bloqueo

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El primer ministro húngaro, Víktor Orbán, ha desbloqueado las negociaciones levantando su veto Afp

Enrique Serbeto

Corresponsal en Bruselas

Los líderes de los veintisiete países miembros de la UE han decidido abrir las negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia, según anunció a media tarde en redes sociales el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, accedió a ... salir de la sala en el momento en el que se discutía el tema, de modo que los demás miembros pudieron votar por unanimidad, que es un requisito jurídico esencial para haber aprobado esta decisión a la que se opone. El Consejo Europeo ha decidido también conceder el estatus de país candidato a Georgia y promete que si antes de marzo próximo Bosnia cumple las condiciones que se le han impuesto, también podría iniciar las negociaciones de adhesión.

Según Michel se trata de «una clara señal de esperanza para el pueblo» de estos países «y para nuestro continente». Con esta decisión, Bruselas envía también un mensaje rotundo al presidente ruso, Vladímir Putin, que ve como otras tres de las antiguas repúblicas soviéticas se anclan también a la UE, veinte años después de que ingresasen Estonia, Letonia y Lituania. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, respondió a la noticia también en redes sociales con un mensaje de agradecimiento «a todos los que trabajaron para que esto sucediera y a todos los que ayudaron», y felicitaba «a todos los ucranianos» en este día.

Orbán había dicho a la entrada de la reunión que no consideraba que Ucrania cumpliese las condiciones necesarias, pero los demás países pensaban que un fracaso a la hora de tomar esta decisión habría sido una victoria para Putin y causaría además un daño gigantesco a la reputación de la propia UE.

El populista húngaro se estaba agarrando al argumento de que las autoridades ucranianas aún no han cumplido los requisitos que se le pedían en forma de reformas legales. Los demás líderes invocaban el informe de la Comisión Europea, según el cual los cambios que sí ha llevado a cabo son suficientes para aceptar el inicio de las negociaciones. Finalmente, la fórmula utilizada se parece mucho a lo que sucedió en Bélgica en abril de 1990, cuando el rey Balduino abdicó durante unas horas para permitir al Gobierno aprobar una ley que permitía el aborto y que el monarca no podía sancionar por razones morales y religiosas.

Fórmula acordada

En este caso, los portavoces del Consejo han querido dejar claro que no se ha tratado de una maniobra de picaresca aprovechando una ausencia fortuita del dirigente húngaro, sino que fue una fórmula «acordada previamente» y que se ejecutó de forma consentida. Habitualmente, cuando un miembro del Consejo Europeo se ausenta tiene que designar a otro de los miembros para que lo represente, pero los juristas han llegado a la conclusión de que tampoco es una obligación, por lo que al final todo el mundo tiene lo que quería: el Consejo ha salvado una situación delicada y Orbán puede decir que ha cumplido con su palabra y no ha dado su brazo a torcer.

En un mensaje ha explicado que la decisión que han tomado los demás jefes de delegación «no tiene sentido» y que su punto de vista «no ha cambiado». Los expertos del Consejo recordaban que las decisiones que toman los líderes en esta reunión son «políticas» y que por ello no pueden ser discutidas en justicia. Otra cosa será cuando tenga que ser ratificada formalmente en un Consejo de Ministros, para lo que, por el momento, no hay un plazo determinado.

La apertura de negociaciones tendrá pocos efectos reales en el aún largo camino para que Ucrania llegue a ser algún día miembro de la Unión Europea. Como se suele decir en los pasillos del edificio del Consejo, el inicio de las negociaciones no prejuzga el resultado de las mismas y, en todo caso, si hay que buscar un precedente bastaría recordar que Turquía empezó las suyas en octubre de 2005 y probablemente nunca había estado tan lejos de la UE como ahora. Pero en el caso de Ucrania, la apertura de negociaciones sería en estos momentos un gesto muy poderoso de apoyo a Kiev frente a la invasión rusa, a pesar de que sería mucho más trascendente aún que el resultado de la reunión pudiera interpretarse como un síntoma de que la UE empieza a abandonar a los ucranianos.

Desbloqueo de fondos

La maniobra se ha producido después de que la Comisión desbloquease el miércoles un paquete de 10.200 millones de fondos de cohesión que estaban congelados como castigo a Hungría por los incumplimientos en materia de respeto al Estado de Derecho y los valores europeos. Con este paso en dirección a Orbán, la Comisión pretendía ablandar al húngaro a pesar de que los fundamentos jurídicos para hacerlo puedan ser tan discutibles que el anterior portavoz del grupo liberal en el Parlamento Europeo, Guy Verhofstadt, ha pedido a sus diputados que inicien los trámites para presentar una moción de censura contra la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, por haber cedido.

Y a pesar de ese gesto, el húngaro había declarado a su llegada al edificio del Consejo que no está de acuerdo con darle a Ucrania este regalo. «La ampliación -dijo- no es una cuestión teórica. Es un proceso basado en méritos y legalmente detallado que tiene precondiciones. Hemos fijado siete precondiciones e, incluso, en la evaluación de la Comisión tres de las siete no se cumplen, así que no hay razones para negociar la adhesión de Ucrania ahora».

La maniobra se ha producido después de que la Comisión desbloquease el miércoles un paquete de 10.200 millones de fondos de cohesión

La segunda parte del asunto ucraniano tiene que ver con el dinero que necesitan para sostener al Estado en medio de una guerra y que la Comisión quería sacar de la ampliación del presupuesto comunitario que les ha propuesto a los países en la revisión que se prevé a mitad de ejercicio. Aquí también hay resistencias, aunque bien distintas. Para empezar, el conjunto de los gobiernos de los países miembros ha rechazado aportar los 50.000 millones que pedía la Comisión y lo han dejado en unos 22.000 como mucho; algo más de la mitad serían para los ucranianos.

Basándose en esta suma, el presidente Michel intentó cerrar un acuerdo al cerrar un rompecabezas con la idea de aportar una cantidad suficiente para que Ucrania mejore sus sistemas de defensa antiaérea y para que la Comisión disponga también de más dinero para reforzar las políticas de control migratorio. Ponerlo sobre la mesa y que no cueste mucho dinero a los países miembros.

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