Los complejos desafíos de hoy necesitan visión, moderación y colaboración
El ser humano, si quiere mejorar su vida y no quedar atrapado, tiene que liderar y llevar a cabo trascendentes retos
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Iniciar sesiónSi los desafíos sociales y económicos del siglo XXI son enormes para todo el mundo, para los países occidentales los retos son todavía mayores: a la evidente disrupción tecnológica se suma la tendencia demográfica con una natalidad cada vez menor, una pandemia que todavía nos ... tiene atentos y preocupado por los millones de contagiados en China, una guerra a las puertas de Europa que está cambiando la geopolítica mundial poniendo de relieve los problemas ligados a las fuentes energéticas y a las materias primas, y al mismo tiempo una clara y preocupante transformación del clima.
Esta situación que ya hoy nos pone en un grave problema social y económico podría agravarse en los próximos años si no se resuelven los temas de fondo que tenemos por delante.
En el terreno de los avances tecnológicos hay aspectos muy positivos y algunas consecuencias. Tener una mayor capacidad tecnológica es un signo de civilización. Significa que el ser humano puede apoyarse en ella para sacar adelante el trabajo más básico, pero también, gracias a la Inteligencia Artificial, el más complejo.
Seguramente, gracias al desarrollo de estas nuevas capacidades mejorarán la productividad, los servicios y la salud, mientras que nuestra sensibilidad humana será el requisito clave que nos diferencie de las máquinas.
Se crearán nuevos trabajos, sobre todo especializados que requieren un buen nivel de formación.
También habrá una fuerte reducción de empleados, que serán sustituidos por máquinas.
La consecuencia es que las personas afectadas o se lanzan al emprendimiento o deben recalificarse a través de la formación para poder volver a ser apetecible en el mercado de trabajo.
También está cambiando la manera de trabajar, la pandemia ha abierto la vía del trabajo en remoto que desde entonces es parte de las nuevas modalidades flexibles.
Hablando de demografía, el envejecimiento de la población por el aumento de la esperanza de vida y por una muy baja natalidad determinará una fuerte contracción en el número de jóvenes que ya es un relevante problema económico y social.
No es de menor peso el tema geopolítico y las consecuencias que pueden derivar de la actual Guerra en Ucrania que están poniendo como urgente la independencia y la diversificación de las fuentes energéticas, de las materias primas alimentarias o las que son útiles a los componentes tecnológicos como las tierras raras.
En particular para nosotros, los europeos, el desafío es mayor sea por el alto nivel de bienestar
A estos temas se suma el siempre presente desafío a la humanidad de parte de la naturaleza con la aparición de nuevas formas virales en buena parte debidas a la preocupante evolución climática que ya ha empezado a modificar la geografía y el mapa de los pueblos costeros y de los territorios mas secos con unos costes humanos y económicos ingentes.
Esto introduce otro tema que es la inmigración, ya se habla de inmigrantes climáticos que empiezan a sumarse a los que vienen de países pobres o en guerra.
Todo lo que he evidenciado no son hipótesis, ya podemos considerarlos unos hechos y son los más grandes desafíos que tenemos que afrontar hoy.
El ser humano, si quiere mejorar su vida y no quedar atrapado, tiene que liderar y llevar a cabo estos trascendentes retos.
En particular para nosotros, los europeos, el desafío es mayor sea por el alto nivel de bienestar y 'Welfare' desde el cual venimos y que empieza a reducirse aumentando las desigualdades, sea por la dependencia energética y la fuerte exposición a la inmigración que, si no bien controlada, en vez que ser útil puede acentuar las desigualdades y crear serios problemas de integración social.
Escribí en este periódico una reflexión que llamé 'In medio stat virtus' en la que explicaba que para culminar los intereses de la mayor parte de la población se necesita equilibrio y capacidad de convergencia.
Estas últimas, escribía, según mi opinión se encuentran más fácilmente en una cultura de centro, es decir, en una cultura moderada, dialogante y tolerante donde ideas y opiniones distintas se confronten con una voluntad común de afrontar y dar respuestas a tanto retos.
Un lugar político que permite tener una visión más objetiva de la sociedad sin las posiciones preconcebidas y contrapuestas a las cuales estamos asistiendo cotidianamente.
No me cabe duda de que la situación que he descrito necesita una visión amplia y, repito, una voluntad común.
Un nuevo diseño liberal es posible solo con la disponibilidad y la inteligencia política de personas moderadas y con visión para dar respuestas concretas a preguntas
Probablemente sea necesario pensar en una manera disruptiva las tradicionales relaciones económicas y sociales, pensar a un rediseño del funcionamiento de la Sociedad y de un capitalismo perfectible que reconozca sus fortalezas pero también sus áreas críticas para limitarlas.
Un nuevo diseño liberal es posible solo con la disponibilidad y la inteligencia política de personas moderadas y con visión para dar respuestas concretas a preguntas como estas:
- ¿Cómo hacer frente al aumento de la pobreza y de las desigualdades?
- ¿Cómo afrontar la fuerte disminución del número de jóvenes en el mercado de trabajo?
- ¿Cómo mantener activa y productiva la población de mayores que tendrán una vida mas larga impactando el sistema de pensiones?
- ¿Cómo contener la reducción de empleos que la tecnología y la IA van a sustituir?
- ¿Cómo preparar a los jóvenes en términos de educación y formación para la demanda laboral del nuevo entorno?
- ¿Cómo hacer que a la mayor eficiencia empresarial no se corresponda a un caída del consumo por desempleos?
- ¿Cuáles soluciones para la energía y las industrias productivas que antes de la pandemia y de la guerra se apoyaban en países con los cuáles Europa podría tener más difíciles relaciones geopolíticas?
- ¿Cómo afrontar entonces las cambios geopolíticos en términos económicos y de defensa, con qué estrategia?
- ¿Cuál es la nueva estrategia industrial de Europa que, no teniendo suficientes materias primas, funda mayoritariamente sus ingresos públicos en las capacidades de creación de riqueza que las iniciativas privadas personales y empresariales generan?
- ¿Cómo abarcar el problema del cambio climático?
- ¿Cómo poner en marcha concretamente una economía sostenible y circular?
Exactamente para responder con hechos a estas preguntas tan trascendentes se necesita un espíritu constructivo, de colaboración y moderación entre todos: políticos, instituciones públicas, empresas y ciudadanos primero en cada país europeo para luego, finalmente, tener una Europa más fuerte que pueda ver reforzada su historia de libertad, democracia, paz y bienestar fruto de mas de 70 años de esfuerzo común.
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