Fotogalería | Una interminable guerra en el Congo, en imágenes

El conflicto entre tutsis y hutus ha servido de catalizador para una guerra interminable en el este del Congo. La región se ha convertido en un tablero de ajedrez donde milicias rivales justifican su violencia con la defensa de una u otra comunidad.Estas imágenes acompañan el reportaje 'Donde la Guerra es Herencia' , de Álvaro Ybarra Zabala. Puedes leerlo aquí .Bajo un sol implacable, un contingente de cascos azules de la MONUC patrulla las carreteras polvorientas de Kivu del Norte, una región donde la paz sigue siendo una promesa incumplida. Desplegados para proteger a la población civil en medio de un conflicto sin tregua, las fuerzas de la ONU han sido testigos de masacres, desplazamientos masivos y la incesante lucha por el control del territorio y sus recursos. Sin embargo, su presencia ha sido cuestionada por su incapacidad para frenar la violencia de grupos armados como el CNDP y, más tarde, su heredero, el M23. Álvaro Ybarra Zabala Cuerpos sin vida yacen en las calles de Kiwanya tras la masacre de 2008, cuando los combates entre el CNDP y las fuerzas gubernamentales convirtieron esta comunidad en un campo de muerte. En medio del caos, los civiles quedaron atrapados sin posibilidad de huir, pagando el precio de una guerra que no les pertenecía. La escena, capturada entonces, sigue siendo un recordatorio de que en el este del Congo la violencia no es un episodio aislado, sino una constante que se repite con nombres distintos pero con las mismas víctimas Álvaro Ybarra Zabala Con la mirada perdida y el peso del desarraigo en sus ojos, un desplazado por los combates en Goma encarna el destino de millones en el este del Congo. No es una historia nueva ni un episodio aislado: el desplazamiento forzado se ha convertido en parte del día a día de la sociedad civil, una estrategia de supervivencia en una región donde la guerra nunca termina. Generaciones enteras han crecido con la certeza de que, tarde o temprano, tendrán que huir. Mientras los grupos armados se disputan el control del territorio y sus riquezas, los civiles siguen pagando el precio más alto. Álvaro Ybarra Zabala En un campo de entrenamiento en las profundidades de Kivu del Norte, combatientes del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) afinan su puntería y disciplina militar bajo la mirada de sus comandantes. Forjados en la ideología de Laurent Nkunda, estos hombres serían los protagonistas de la ofensiva que llevó al CNDP hasta las puertas de Goma en 2008. Años después, tras la captura de Nkunda y la disolución del grupo, muchos de ellos se integrarían en el ejército congoleño, solo para desertar en 2012 y formar el M23, heredero directo de la lucha que comenzó en estos mismos campos de entrenamiento. Álvaro Ybarra Zabala Un excombatiente posa en prisión con la mirada perdida, los gestos erráticos y claros signos de desequilibrio mental. Su rostro, marcado por la guerra, es el reflejo de un conflicto que no solo devora a sus víctimas, sino también a quienes empuñan las armas. Álvaro Ybarra Zavala Tiendas de campaña improvisadas se extienden hasta donde alcanza la vista en un campo de desplazados en las afueras de Goma, reflejo de una crisis que no conoce tregua. Aquí, miles de familias buscan refugio tras huir de los combates, atrapadas en un ciclo de violencia que las obliga a empezar de nuevo una y otra vez. En el este del Congo, el desplazamiento forzado no es una excepción, sino una constante; una estrategia de supervivencia en una tierra donde la guerra dicta el destino de generaciones enteras. Álvaro Ybarra Zabala Hacinados en una celda oscura, combatientes del CNDP esperan su destino tras ser acusados de crímenes de guerra y violaciones masivas. En el este del Congo, la violencia contra la población civil ha sido una constante, utilizada como arma por grupos armados que siembran el terror con total impunidad. La imagen refleja una realidad incómoda: mientras algunos responsables son detenidos, muchos otros continúan libres, perpetuando un conflicto donde la justicia sigue siendo una excepción y no la regla. Álvaro Ybarra Zabala Con su uniforme impecable y la mirada firme, Laurent Nkunda personifica la dualidad de un hombre que se presentó como salvador de los tutsis congoleños mientras sembraba el terror en Kivu del Norte. Exoficial del ejército congoleño y líder del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), su retórica mesiánica y su brutalidad lo convirtieron en una de las figuras más temidas del conflicto en el este del Congo. En 2008, sus tropas llegaron hasta las puertas de Goma, desatando una crisis humanitaria y diplomática que terminó con su captura un año después. Pero su legado de guerra no desapareció: de sus cenizas nacería el M23, perpetuando el ciclo de violencia en la región. Álvaro Ybarra Zabala Acusados de crímenes de guerra y violaciones masivas. En el este del Congo, la brutalidad contra la población civil ha sido una estrategia de guerra recurrente, donde la violencia sexual y las masacres se han convertido en armas para el control del territorio. Su captura es una rara excepción en un conflicto marcado por la impunidad, donde las víctimas siguen esperando justicia mientras la guerra sigue su curso. Álvaro Ybarra Zabala Con las manos cubiertas de barro y sudor, un minero ilegal excava en busca de coltán en las afueras de Goma, en el corazón de Kivu del Norte. Extraído en condiciones extremas y sin regulación, este mineral clave para la industria tecnológica global alimenta no solo el mercado negro, sino también la guerra. Grupos armados como el M23 han convertido la explotación minera en una de sus principales fuentes de financiamiento, controlando y saqueando estos yacimientos para sostener su lucha. En el este del Congo, la violencia y la riqueza mineral van de la mano, convirtiendo el subsuelo en la verdadera trinchera del conflicto. Álvaro Ybarra Zabala En un campo de entrenamiento en las profundidades de Kivu del Norte, combatientes del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) afinan su puntería y disciplina militar bajo la mirada de sus comandantes. Forjados en la ideología de Laurent Nkunda, estos hombres serían los protagonistas de la ofensiva que llevó al CNDP hasta las puertas de Goma en 2008. Años después, tras la captura de Nkunda y la disolución del grupo, muchos de ellos se integrarían en el ejército congoleño, solo para desertar en 2012 y formar el M23, heredero directo de la lucha que comenzó en estos mismos campos de entrenamiento. Álvaro Ybarra Zabala