Finlandia marca en rojo el mes de julio para su entrada en la OTAN junto a Suecia pese al veto de Erdogan

Está convencido de que Finlandia y Suecia asistirán a esa cumbre de la OTAN ya como miembros de pleno derecho y destaca la importancia de la cumbre para el proceso de adhesión de los dos países, al estimar que si las membresías no han sido ratificadas para el próximo verano, todo el proceso de adhesión quedaría definitivamente cuestionado. Finlandia trata de zanjar así las dudas que la oposición de Turquía a la adhesión de Suecia han sembrado sobre el proceso y sugiere que Estados Unidos tiene en su mano desbloquearlo.

Noticia Relacionada

EE.UU. ofrece garantías de seguridad a Finlandia y Suecia pese al veto turco a su ingreso en la OTAN

Enrique Serbeto

Erdogan desoye la presión de la UE y mantiene la negativa a que ambos países nórdicos se unan a la Alianza

Tanto Finlandia como Suecia, recuerda el presidente finlandés, escucharon declaraciones alentadoras sobre un proceso de adhesión fluido la primavera pasada, pero el proceso ha resultado ser muy diferente. El camino, lleno de baches, no ha causado dolor de cabeza exclusivamente a los dos aspirantes a estados miembros. «Sí, veo que esto ya se ha convertido en un problema para la OTAN. Claramente también los países de la OTAN se han sorprendido», deja la pelota en el tejado de los miembros de la Alianza. Turquía ha presentado los principales obstáculos y la decisión finalmente recae en el presidente Recep Tayyip Erdoğan. Los 28 países de la OTAN que ya han ratificado los protocolos de adhesión han dejado clara su posición a los que se resisten, según Niinistö.

«Dudo que Erdoğan ceda ante cualquier tipo de presión pública bajo ninguna circunstancia. Pero si se encuentra algún tipo de avance en las conversaciones bilaterales entre Turquía y EE. UU., tal vez podría tener un impacto», apunta a la salida. Niinistö considera que las nuevas leyes antiterroristas que se promulgarán en Suecia en junio brindarán a Erdogan la oportunidad de dictaminar que el país también ha implementado los cambios acordados en la cumbre de la OTAN en Madrid en junio de 2022.

«Cuando se trata de la pregunta en otros aspectos, mi postura es que avanzaremos en el entendimiento entre Turquía y Suecia, con el objetivo de lograr una membresía tan rápida como sea posible, tanto para Finlandia como para Suecia», mantiene unidos los destinos de los dos países nórdicos y declinando ofrecer más detalles: «Repetiré lo anterior», insiste, sin ocultar sin embargo sus reservas sobre un retraso deliberado de la adhesión después de que se haya recibido una decisión del Parlamento, una posibilidad que se planteó como un medio para garantizar la adhesión simultánea de Finlandia y Suecia. Ejercer el derecho presidencial de retrasar la implementación de la ley sería «muy inusual», en su opinión. Extender el proceso de adhesión, que comenzó en la cumbre de Madrid en junio pasado, arrojaría dudas sobre la credibilidad de todo el proceso de adhesión a la OTAN y lo haría aún más cuestionable, explica.

El Ministro de Relaciones Exteriores, Pekka Haavisto, de Los Verdes, comparte esta evaluación. «Finlandia y Suecia han hecho todo lo que estaba a su alcance como parte del acuerdo del verano pasado», ha dicho en sus últimas declaraciones, en las que agregó que «todos los elementos están ahora sobre la mesa: lo que se necesita es un poco más de diplomacia».

En Hungría, las candidaturas a la entrada en la OTAN de los dos países nórdicos se considerarán una vez que el parlamento comience su sesión de primavera, a fines de este mes, según ha anunciado este fin de semana el embajador de Finlandia en Hungría, Pertti Anttinen. Sin embargo, el calendario para el proceso de ratificación sigue sin estar claro y es posible que se produzcan retrasos, según ha advertido la opositora húngara Ágnes Vadai. El politólogo de la Universidad de Turku, Heino Nyyssönen, ha calculado en una entrevista con Euractiv que es posible que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, simplemente quiera «devolver el favor», ya que Finlandia mantiene el tema del estado de derecho en un lugar destacado de la agenda europea.

El presidente turco, Tayyip Recep Erdogan, insiste públicamente en que no dará el visto bueno debido a una serie de problemas que incluyen la deportación de aquellos que Ankara considera terroristas, a los que protegen las leyes suecas, y debido también a la reciente quema de un Corán cerca de la embajada turca en Estocolmo. Pero en círculos diplomáticos se asegura que la concesión por parte de Estados Unidos a la exportación de armas ablandaría la posición de Ankara.