La evolución de la política migratoria de Meloni: de la «invasión» a la solidaridad
La política exterior de Meloni también se ha moderado en su relación con Europa
Giorgia Meloni: «No somos una amenaza para la democracia, pero sí para el poder de la izquierda»
Corresponsal en Roma
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Iniciar sesiónLa política exterior del Gobierno Meloni, en particular en el Mediterráneo, en su relación con Europa, Alianza Atlántica y Ucrania, está en la línea de su antecesor Mario Draghi, que no tenía precisamente una ideología soberanista. Pero, según afirma el politólogo Giovanni Orsina, profesor ... de Ciencias Políticas en la Universidad Luiss de Roma, la realidad se impone: «La realidad converge plenamente con el camino ideológico de Meloni, que es el de la protección del interés nacional y por tanto de una política internacional que vele también por los intereses del país y lo fortalezca ante Europa. Este es uno de esos casos en los que la realidad nos muestra que el tema del soberanismo, que siempre se ha dicho que no es realista, en realidad no siempre es así, sobre todo porque el mundo se está poniendo cada vez más difícil en algunas áreas».
Precisamente, para la cultura soberanista, un tema clave es el de la inmigración. Pero también en este terreno, por pragmatismo, Giorgia Meloni ha iniciado un cambio hacia la moderación, pasando de «un nacionalismo exacerbado a un supra-nacionalismo», un camino que 'Il Foglio', un periódico liberal conservador, explica así: «En sustancia, Meloni está pasando de la desconfianza hacia Europa a la conciencia de que determinados temas sólo pueden abordarse en una dimensión supranacional», buscando alianzas con los países que cuentan en la UE, que no es el caso precisamente de la Hungría de Orbán.
Se explica así el cambio y la novedad que hay en la política migratoria del Gobierno Meloni. En el pasado reciente se hablaba de «bloqueo naval» para frenar la «invasión» migratoria. Ahora la primera ministra plantea una apertura a la migración legal que no estaba en los programas de las derechas y emplea palabras de solidaridad como «flujos regulares» y «corredores humanitarios». Es más, no demoniza, como ocurría hasta hace unos meses, cuando gritaba que las élites capitalistas-progresistas anhelaban un «reemplazo étnico».
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Soluciones europeas
Ahora en una carta enviada hace unos días a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von de Leyen, mostró su comprensión hacia el fenómeno migratorio: «Quienes vienen a Europa lo hacen con la aspiración legítima de una vida mejor». De inmediato le respondió Von der Leyen, destacando que la Comisión tiene listos 500 millones de euros para la redistribución en Europa de 50.000 inmigrantes llegados a Italia, al tiempo que subrayaba la importancia de las «soluciones europeas», para no dejar solos a los países de primer desembarco.
El cambio en el campo de la inmigración se han materializado en un decreto sobre flujos, aprobado el jueves por el Consejo de Ministros
El cambio y la novedad en el campo de la inmigración se han materializado en un decreto sobre flujos (cuotas de extranjeros admitidos), aprobado el jueves por el Consejo de Ministros. Se ha establecido cuántos trabajadores extranjeros tienen derecho a ingresar en Italia (los empresarios dicen que son necesarios unos 500.000). Además de la apertura a la inmigración legal, el Gobierno aprobó duras medidas contra los traficantes de seres humanos, con penas hasta de 30 años de cárcel.
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